¿Puede cualquier persona ser creativa? es la pregunta que me gustaría responder hoy.
La idea que nuestra sociedad tiene sobre los orígenes de la innovación creativa en las artes y en las ciencias es muy romántica. Es la creencia del genio. Pensamos que las grandes obras de arte o los descubrimientos científicos son fruto de saltos de la imaginación, que se producen en individuos especiales con un don para realizar procesos mentales extraordinarios. Personas con atípicos rasgos de personalidad que les dotan de genialidad. Esta visión nos ofrece una respuesta desoladora poniendo en la mano de muy pocos la capacidad creativa.
Pero en realidad, la creatividad es una habilidad típica de la cognición humana presente incluso en ciertos primates. La capacidad de aportar soluciones creativas es posible en todos nosotros sólo requiere que seamos capaces de aportar una respuesta nueva que resuelva el problema que se nos plantee.
Para estudiar los procesos creativos se han utilizado varios experimentos:
- El problema de la vela (Karl Duncker): Se le da a una persona una vela, una caja de cerillas y otra de chinchetas; se le pide entonces que sujete la vela a una puerta de madera a fin de que haya luz para leer. Para resolver el problema los sujetos debían dar con una solución creativa, ya que nunca se habían tenido que enfrentar a sujetar una vela a una puerta, por lo que no podían recurrir a la experiencia.
Os animo a dejar de leer un ratito e intentar resolver el problema…
Las soluciones que aportaban la mayoría de los sujetos solían ser dos:
a. sujetar la vela a la puerta con las chinchetas.
b. pegar la vela con cera fundida.
Pero había otra respuesta menos frecuente y mucho más creativa:
c. clavar a la puerta la caja de chinchetas vacía y utilizar la caja como palmatoria para la vela.
Estaréis de acuerdo conmigo en que esta tercera respuesta soluciona mejor el problema, pero ¿cómo llegaron los sujetos a esta solución?. Si creemos en la teoría romántica del genio, pensaríamos que es porque los sujetos eran especiales y de repente surgió en sus mentes esta idea tan efectiva.
El experimento por contra demostró para empezar que los sujetos que recurrieron a esta solución no empezaron con ella, sino que lo mismo que los demás, comenzaron pensando en clavar o pegar la vela, pero llegaron a la conclusión de que eso no funcionaría y entonces es cuando se les ocurrió lo de la caja. La solución se obtuvo evolutivamente, a través de ciertas tentativas insuficientes.
Se comprobó además que si las chinchetas eran muy pequeñas para intentar clavarlas a la vela aparecía con mayor frecuencia la solución de la caja.
- El problema de Charlie: “Dan llega a casa una noche, después del trabajo, a la hora habitual. Abre la puerta y entra en el cuarto de estar. En el suelo yace muerto Charlie. Hay agua en el suelo, y se ven trozos de cristal. En la habitación también está Tom. Dan echa una rápida ojeada a la escena e inmediatamente comprende lo sucedido. ¿Cuál fue la causa de la muerte de Charlie?”.
Para resolverlo los sujetos experimentales podía hacer preguntas al experimentador que respondía con un “si” o un “no”. Los sujetos tardaban de media una hora en llegar a la solución (os vuelvo a animar a intentarlo aunque en este caso no os puedo ayudar con mis respuestas).
Para que se pueda resolver este problema se tiene que dar una transición en la forma de pensar. Los sujetos efectuaban la transición en el momento que llegaban a la certeza de que Charlie murió por falta de oxígeno y que los vidrios pertenecían a una pecera….
¡Ajá! Seguro que con esta información vosotros también habréis realizado la transición y ya sepáis que le ocurrió a Charlie (habréis averiguado que Charlie es un pez y Tom un gato).
Los resultados del problema de Charlie están en concordancia con los de la vela. Cuando la información adquirida durante el trabajo de solución de problemas fuerza al sujeto a enfocarlo desde un nuevo ángulo se generan soluciones creativas.
De estos dos estudios se extraen dos conclusiones:
1. La creatividad no se origina mediante saltos intuitivos sino que se genera de manera incremental, la acción creadora es lenta y progresiva.
2. La creatividad es resultante de procesos de pensamiento ordinarios de individuos ordinarios.
Fuente: Creatividad: el genio y otros mitos. Labor, 1987.