El rápido desarrollo económico en el último siglo se ha traducido en fuertes presiones sobre la supervivencia de las especies como consecuencia de un aumento en cambios del uso del suelo, la contaminación ambiental y la propagación de especies exóticas invasoras. Sin embargo, aunque el impacto de estas presiones sobre la biodiversidad es sustancial, podría ser subestimado seriamente si la regresión de las poblaciones de plantas y animales se retrasa respecto a la degradación contemporánea general del medio.
Tras examinar las listas rojas de las especies amenazadas en Europa, los autores del artículo descubrieron que éstas se correlacionan mejor con los índices socioeconómicos del pasado, en comparación con los índices actuales. En otras palabras, las listas rojas actuales se describen mejor por lo que los humanos hicieron hace 50 o 100 años que por lo que están haciendo ahora. Lo cual indica que lo que estamos presenciando ahora en términos de especies amenazadas es el resultado de nuestras acciones hace mucho tiempo. Un interesante hallazgo adicional es que el gasto corriente en la conservación mejora aún más el ajuste del modelo, pero no cambia fundamentalmente el hecho de que las listas rojas actuales se explican mejor por las condiciones socioeconómicas del pasado.
De arriba a abajo: Proporción de especies amenazadas (categorías de la IUCN: EN, VU, CR) por grupo taxonómico en 22 paises europeos. Tres niveles de variables socioeconómicas (densidad de población humana/km2, por cápita, asignación humana de la productividad primaria que es definida como la proporción de la productividad primaria neta cosechada por los humanos sobre la productividad primaria neta de la vegetación potencial (NPP0) para los años 1900, 1950 y 2000.
Los resultados obtenidos durante el trabajo indican que los patrones de extinción muy probablemente empeorarán – porque ahora estamos cosechando los frutos de nuestras acciones, hace cien años, y las acciones actuales son mucho más perjudiciales para la especie.Un mensaje importante de conservación es que las acciones actuales para frenar la pérdida de biodiversidad (un objetivo político declarado en Europa, por ejemplo) se quedan cortas sobre lo que se necesita respecto a lo que se ha ampliamente consensuado. Este estudio también pone de manifiesto indirectamente que centrarse en las especies una vez incluidas en la lista roja es demasiado tarde. Debemos pensar en los procesos de amenaza que actualmente están conduciendo al declive de la biodiversidad. Si las especies que son actualmente comunes muestran signos de declive poblacional, nos dan información más inmediata sobre nuestras acciones negativas, lo que debe hacernos retroceder en las mismas en vez de esperar a que estas especies sean incluidas la lista roja de especies amenazadas – lo que puede tardar de 50 a 100 años desde que se detecta su declive poblacional.
Referencia: Dullinger S, Essl F, Rabitsch W, Erb KH, …, Kühn I, Pergl J, Pysek P, Hulme PE. Proc Natl Acad Sci U S A 2013 Apr 15; PMID: 23589873 DOI: 10.1073/pnas.1216303110 Puedes descargarte el artículo en PDF desde este ENLACE