No me he vuelto loco. La crisis no ha acabado en el sentido financiero ni en el sentido del consumo (donde vimos que se cumplió la teoría de ciclos económicos austriaca), pero sí que creo que, en general, la crisis ya ha acabado. Es una teoría que se lleva escuchando en muchos economistas desde el año 2009 y que cada vez cobra más fuerza en otros, como, por ejemplo, Marc Vidal, Javier Megías, etc. La gran mayoría no es consciente de ello y sigue a la espera de que este tiempo pase cuanto antes, pero tenemos que aceptar que ésta va a ser la realidad durante muchos años y que tardaremos mucho tiempo en volver a los niveles de antes del estallido de la crisis.
Esto se traslada también al ámbito de la marca personal, donde la mayoría de los profesionales no dan la importancia que requiere este tema. Las empresas también son muy poco conscientes de esto y, además, una gran parte de ellas sufren miopía de marketing. Muchas utilizan estrategias del tipo “mantenernos a flote hasta que acabe la crisis” y, por ello, creo que sufrirán el famoso síndrome de la rana hervida o el de la teoría de las ventanas rotas. Ya he dicho en numerosas ocasiones que estamos viviendo una época de cambios (sobre todo, en el ámbito digital) y de incertidumbre, donde todo lo que sabíamos antes y las estrategias que se realizaban ya no sirven o no son tan efectivas como antes. Incluso las escuelas de negocios viven momentos cruciales y el sector de la publicidad está cambiando. Por tanto, es necesario asumir esta nueva realidad y reinventarse.
Las crisis significan “nuevas oportunidades”. Ya lo dijo Seth Godin (cuando se refería al negocio de la música y que últimamente se ha visto ejemplificado con la película “The Artist”), “las revoluciones destrozan lo perfecto y alcanzan lo imposible”. Son cambios en los modelos de negocio, debido a que los existentes se han quedado obsoletos o hay que corregir los excesos vividos (en España ha habido muchos en el ámbito del gasto público, de la construcción, etc).
Una vez dicho esto…¿Qué solución hay? No hay ninguna receta mágica, pero si que se pueden ir introduciendo cambios en los países, empresas y personas que puedan ir mejorando las situaciones económicas. Por ejemplo, se puede fomentar más el emprenderismo (muchas veces “hace falta matar la vaca” para lograr desarrollar nuevos negocios de éxito), diferenciarse, tener en cuenta estas claves para impulsar a las empresas, trabajar más duro, etc. La lista de acciones a tomar podría ser larga.
¿Será duro? Sí. ¿Será por mucho tiempo? Sí. Incluso en muchas empresas llegará un momento de renovación drástico como el del águila. No obstante, el primer paso es asumir esta realidad y, posteriormente, estudiar bien las nuevas estrategias a implementar (tanto a nivel empresarial como a nivel personal). En esta vida, no hay nada imposible y todo se puede alcanzar con sacrificio y esfuerzo. No olvides que la crisis ya ha acabado…
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