La crítica, la reflexión y el cambio en Cuba

Todos estamos claros de que hace falta un cambio en Cuba, desde los más extremistas hasta los menos soñadores. Ahora… ¿estarías dispuesto a cambiar tú también?

Muchos criticamos día tras día la política obsoleta oficialista cubana. Ya es nuestro himno y nuestra bandera. ¡Claro que sí!; pero… ¿Qué alternativa tenemos para ofrecer? ¿Qué solución le proponemos a cada uno de esos problemas críticos? ¿Cuántas palabras usamos diariamente para criticar y cuántas para hacer destacar nuestras propuestas?

La estrategia que usamos no funciona.

¿Qué esperamos? ¿Qué Raúl Castro por voluntad propia se retire y nos ceda su lugar? Supongamos que eso ocurra… ¿Quién le sucedería? ¿Cuántos cubanos conocen a la UNPACU, al CID o a otro de los 300 partidos políticos no reconocidos existentes en Cuba? No podemos esperar a que caiga el gobierno para entonces en ese momento de caos hacer que el pueblo nos conozca y nos elija para gobernar en la esperada Democracia.

Hace falta un cambio, comencemos cambiando nosotros mismos.

Históricamente el exilio cubano ha estado presente en cada una de las luchas apoyando a los movimientos de liberación en la isla. José Martí se dio a la tarea, antes de la guerra de 1895, de unir a los diferentes grupos de cubanos exiliados en Tampa y en el mundo, luego, limó las asperezas entre los principales jefes militares de la Isla; y, logró la unidad.

Necesitamos una alianza entre los principales grupos de oposición en Cuba. Necesitamos a todos los jefes políticos debatiendo en una misma mesa. Necesitamos que se le muestre al pueblo de Cuba que no somos cuatro “grupúsculos” gritando consignas “contrarrevolucionarias” y que tenemos una voz contundente. Necesitamos un líder de la oposición cubana, alguien que inspire, que sea capaz de tender puentes y de buscar soluciones para todos. Necesitamos que la voz de la oposición en Cuba sea una sola.

Si no nos respetan. ¡Hagámonos respetar!

El Embargo (o “bloqueo”), es el tema crucial de la polémica dentro de la oposición cubana. ¿Nos beneficia? ¿Alguien se creé el argumento de que este conjunto de leyes afecta al gobierno cubano? ¿Qué ventajas otorga esta política a la oposición cubana?

¿Por qué el internet es tan limitado en Cuba? “Por el bloqueo” responden 9 de cada 10 cubanos que les pregunto; pero desconocen que el país cuenta con la capacidad necesaria para brindar internet. Aquí está nuestra oportunidad de hacernos respetar. Dejemos de repetir “lo mismo” y mostremos una postura conjunta dándole soluciones a una Cuba “con” o “sin” Embargo.

¿Y si todos los norteamericanos pudiesen viajar a Cuba?

¿Se imaginan a Cuba llena de gringos en el spring break? ¿Se imaginan La Habana con 300,000 norteamericanos saturando la deficiente infraestructura hotelera actual? La “seguridad” del estado se volvería loca intentando controlar a cada uno de ellos, y quizá, por falta de personal, las Damas de Blanco y el señor Ferrer tengan más cobertura para no ser reprimidos. Cuando vengan los americanos, traerán revistas, periódicos y muchas cosas más. ¿Recuerdan a finales de los 90s cuando La Habana se llenó de norteamericanos que entraban por la Marina Hemingway? Pues en esa época ingresaron miles de antenas parabólicas (las mismas que hoy en día la gente esconde y cuida como oro).

Pero hay algo más importante: los cubanos de a pie chocarán con ese “enemigo” histórico frente a frente, y descubrirán que, en su mayoría, son personas normales y corrientes, que luchan por llegar a fin de mes y que quieren la mejor educación para sus hijos.

Dicen que esa apertura beneficiaría económicamente al gobierno cubano. ¿De verdad creen eso? Los hoteles de La Habana siempre están al máximo de capacidad, al igual que los de Varadero, los Cayos y los otros sitios turísticos. En Cuba no hay infraestructura para un turista más. Entonces… ¿por qué desde la oposición no se pide a voces ese cambio que traerá consigo aperturas garantizadas?

Ley de ajuste cubano: ¿Para qué intentar cambiar lo que tengo si puedo emigrar?

Muchos cubanos se pasan años planeando la “salida definitiva de Cuba” y la de sus familiares. Ven su futuro fuera. He escuchado de mis padres desde pequeño “estudia bastante para que estés preparado para el día que te vayas de Cuba”.

Lo que en teoría se ideó con el objetivo de darle asilo y refugio a los perseguidos por el gobierno de Cuba, es ahora la vía de escape de muchísimos cubanos. ¿Cuántos cubanos que obtienen los beneficios de la Ley de Ajuste son verdaderamente “refugiados”? ¿Cómo se explica que luego de un año de vida en EEUU viajan a Cuba a vacacionar en lugar de “contribuir” a la explosión de cambios internos?

Escapar no es una solución.

El gobierno cubano poco a poco va “cambiando”… ¿y nosotros?

Los últimos cinco años han sido de “cambios” en la política económica y reglamentaria del país. Esos cambios son debatibles, pero al final, las palabras “cambio”, “actualización” y “modernización” (que todos queremos escuchar) están siendo el rostro de esa política que el gobierno cubano quiere sellar de “novedosa”. ¿Y qué cambios hace la oposición?

La gente tiene que conocer la existencia de una alternativa. Está clarísimo que existe un gran problema de difusión de información en la Isla, pero… ¿hemos agotado todos los recursos? ¿Manifestarse? Los cubanos escuchamos la palabra manifestación y nos estresamos. Castro fue muy inteligente al saturarnos de manifestaciones a las que no queríamos ir. ¿Y si en vez de manifestaciones hacemos eventos culturales? ¿Conciertos? Donde la gente por voluntad propia asista y se lleve el mismo mensaje.

Debemos cambiar nuestro discurso, no excluir; hablar más de nuestros logros y menos de nuestras golpizas. Viajar menos al extranjero y más dentro del país. Ganarnos el respeto de la gente dando una imagen pacífica en nuestro día a día.

Estoy completamente en contra de todo lo que dices, pero felicidades: ¡Eres capaz de pensar!

Necesitamos debatir, hablar, discutir con cualquiera. Vamos a divorciarnos de todo romanticismo que entorpece nuestro trabajo.

Propuestas, quiero miles. Critíquenme hasta el cansancio. Me pondré en esta línea incoherente para hacer un llamado al debate nacional, a la unión familiar y a sacudirnos el miedo como lo hacemos con el polvo.

¿Piensas diferente a mí? ¡Genial! Quiero escuchar tus propuestas. Quiero que me convenzas de que tu alternativa es mejor. Quiero que también estés dispuesto a considerar que la tuya puede no serlo. Hablemos hasta que amanezca, pero no me censures.