Revista Espiritualidad

La CULPA

Por Estaryser @ESTARySERweb
CULPA La CULPA

LA CULPA

La culpa es muy poderosa y dañina. Si nos juzgamos, nos señalamos como culpables y si nos quedamos anclados en esa emoción, sin actuar, puede llegar a arrastrarnos hasta lo más profundo del pozo, donde nos espera malestar emocional y físico.

Vamos a reflexionar sobre la culpa:

¿Qué te hace sentir culpable?

¿Qué es sentirte culpable?

¿Qué te parece si la primera pregunta la cambiamos por? ->¿De qué te sientes responsable?

Si empezamos directamente cuando estamos en alguna situación que nos hace sentir mal con la palabra culpa, todo se tornara más hostil, en cambio si lo hacemos con responsabilidad, nos lo tomamos de otra manera.

Cómo se presenta la culpa

Cuando haces algo que sabes que no está bien. Tu voz interior te repite.

Te sientes mal y ese estado emocional al que te precipitas va a depender de lo que hayamos aprendido, es decir, de la educación que hayamos tenido. Los sentimientos que acompañen a esa primera emoción de culpa, serán los que hayamos aprendido.

Las situaciones que pueden generar culpa son muchas:

  • Por no ser buenos padres
  • Buenos hijos
  • Buenos amantes
  • Buenos amigos
  • Por no haber cumplido las metas que nos fijamos
  • Por no cuidarnos
  • Por no llegar a todo
  • Nos sentimos culpables por lo que hacemos y por lo que no hacemos
  • Culpables por ser así o pensar esto, sentir aquello o desear lo otro
  • y podríamos seguir

La responsabilidad llega cunado esos sentimientos nos ayudan a rectificar a aprender.

La culpa asfixía, agota, crea malestar y va acompañada de rabia, vergüenza, ... no es un estado sano en el que podemos crecer si no que nos limita y frena.

Los niños frente a la culpa y la responsabilidad

Culpabilizar a los niños para tratar d ejercer el control sobre ellos es una estrategia muy peligrosa.

Un niño educado en la culpa desarrolla una sensibilidad particular hacia esa moción: será más fácil de manipular y también habrá una mayor probabilidad de que actúe como manipulador. Cada vez que los padres atribuyen al hijo la causa de sus estados de ánimo, contribuyen a reforzar su sentimiento de omnipotencia al hacerle creer que él es el responsable de sus emociones. Cuando las emociones son desagradables, directamente el niño se siente culpable.

En cambio, los padres que ayudan a sus hijos a reflexionar sobre sus faltas de una manera constructiva y no acusatoria o condenatoria estarán ayudando a sus hijos a enfrentarse de otra manera a sus errores.

Después de un comportamiento, los niños pueden reflexionar sobre lo que han hecho y sus consecuencias. A la vez, pueden repararlas y no quedarse estancados en la culpabilidad. Recordemos que una vez que ha señalado el daño y motivado su reparación, este sentimiento debería marcharse.

Es tan fácil sumar en ese sentimiento de culpa del niño haciéndole creer que es el causante del malestar emocional de los adultos.

Los padres que atribuyen a los hijos la causa de sus estados de ánimo, les hacen sentir culpables de su enfado o tristeza. Frases como Menos mal, tu hermana no nos ha salido como tú... Estoy muy triste por tu culpa... Con el dinero que nos cuesta el colegio, mira cómo lo aprovechas... Nos da vergüenza que te comportes así...

El mensaje es totalmente equivocado: los niños tienen que comprender que cada uno es el responsable de gestionar sus emociones.

Es habitual que el sentimiento de culpa consciente o inconsciente no se gestione bien desde la infancia y pueda llegar a condicionar toda la vida de la persona, generando rechazos, miedos, autoacusaciones, inseguridades... a veces el que lo hace no se da cuenta.

Aprender a gestionar la culpa

1.- Piensa eres responsable de lo que ha pasado

La clave está en delimitar tu parte de responsabilidad con la de la otra persona. Para liberarnos de ella es necesario saber cómo afrontamos la responsabilidad. Bajo los efectos de los sentimientos de culpa asumimos responsabilidades que no nos corresponden.

Reconocer las emociones y asumir tu parte de responsabilidad.

Si reprimes y ocultas ese sentimiento, te encierras en ti mismo, en la duda, en el miedo, en la inseguridad, sintiéndote solo y rechazado por ti mismo. Hablar con alguien de como te sientes puede aliviar ese proceso.

Exígete pero menos, un exceso de asuntos que atender por no querer decir no, sentimientos de los demás, hará que ese sentimiento se mantenga en ti, conócete, tu sabes hasta dónde puedes llegar y como, cada persona a de llevar sus propios asuntos. Renunciar al control, aceptar la existencia de situaciones que se nos escapan, y saber que no podemos llegar a todo, es muy importante.

No sirven de nada y generarás en ti malestares de todo tipo, ruedas de pensamientos negativos que harán que te mantengas en ese estado.

Reflexiona sobre tu modo de actuar, si sientes que has obrado mal, no le des más vueltas. Busca alternativas para reparar el daño, y si no, pide disculpas a la persona afectada. Proporciona un gran alivio y sobre todo abre las ventanas a emociones más positivas.

Gracias por estar una semana más.

Nos vemos en los comentarios

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Pilar Ramírez

con extractos de: una mente maravillosa


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