Revista Cine
Título original: La Culpa
Año: 2010
Duración: 14 min.
País: España
Director: David Victori
Guión: David Victori
Música: Miquel Coll
Fotografía: Sergi Vilanova
Reparto: Carlos Fabregas, Cesc Gómez, Mar Ulldemolins, Pol Estadella
La escalera del terror.
Seguramente todo el mundo ha pensado alguna vez en pedir una segunda oportunidad. Cometer algún error grave y tener la oportunidad de enmendarlo sería algo por lo que muchos pagarían. David Victori insinúa un poco lo anterior en este magnífico corto. Flashbacks, ángulos imposibles y una historia muy original, hacen de éste un film sumamente interesante. El final es algo confuso, pero bueno, tampoco nos lo van a dar todo mascado.
Alguna vez hemos comentado por aquí el amargo gusto que tiene la venganza. El esfuerzo sobrehumano que se tiene que hacer para sobreponerse a la desgracia y encarar ese oscuro sentimiento para, después de lograrlo, preguntarse el porqué. Es como una victoria amarga que casi satisface más al vengado que al vengador. Esto también queda reflejado en la cinta. Sus escasos 14 minutos dan para mucho, Aunque lo que realmente destaca es la calidad y el excelente uso del idioma cinematográfico. Me asalta una duda, ¿por qué el quinto piso?, quizás sea por el significado que tiene el número 5 en cuanto a tomar decisiones precipitadas, seguramente no será esto, pero me sigo preguntando ¿por qué el quinto piso?
Léo asiste en unos minutos a dos situaciones emocionalmente opuestas. Por un lado enterarse que va a ser padre. Minutos más tarde ver como su pareja ha fallecido tras un “accidente” causado por un ladrón de poca monta. Lo habéis adivinado, lo que viene a continuación es la vendetta pura y dura. No todo saldrá como el protagonista había planeado.
De la mano de un magnífico guión, también de David Victori, la historia se desarrolla a un buen ritmo, con un dominio absoluto del tiempo y del espacio, siendo las escenas de la escalera realmente claustrofóbicas y que, al verse siempre en planos cenitales, da la impresión de que descendamos a los infiernos, a un submundo que en algún momento parece que lleva a ninguna parte. Habréis observado y adivinado que al hablar de estas escenas, la cámara tiene que hacer un ejercicio de extrema dificultad, lo consigue ampliamente, saliendo de esas situaciones de forma airosa y muy original. Podemos calificar entonces la parte técnica como uno de sus puntos fuertes, aunque no es el único, el otro es lo que nos cuenta, como ya he explicado. En cuanto a las interpretaciones son muy correctas, Carlos Fabregas lleva todo el peso de la acción, su personaje se nos dibuja un poco angustiado, aunque en mi opinión se queda un poco corto. Cesc Gómez le da la réplica adecuadamente y sin estridencias, Mar Ulldemolins y Pol Estadella tienen un papel más bien testimonial pero aciertan plenamente en la caracterización de sus personajes. Finalmente destacar la música de Miquel Coll, muy acertada y que encaja perfectamente en la idea de la cinta.
Poco más que decir, hay que dejarse llevar y degustar un film de un muy alto nivel.
Firma: Josep M. Luzán.