Cuando utilizamos la palabra curiosidad, en muchas ocasiones nos parece algo malo. Un cotilla. Todos conocemos la frase “la curiosidad mato al gato”. Yo no voy a hablar sobre la curiosidad en los adultos, si es buena o mala. Pero, si lo voy a hacer de la curiosidad en nuestras primeras etapas de vida. Como la curiosidad, es la que ayuda a que los niños aprendan y tengan siempre ganas de más. Algo innato en el ser humano que tenemos desde el primer momento que nacemos.
¿Qué es la curiosidad?
Definición: Es el deseo o impulso que hace que alguien quiera saber algo que en principio no es de su incumbencia. Yo diría que es aquello que impulsa al hombre y algunos animales, a encontrar respuestas, explicaciones a algo.
Lo que quiere decir que si el hombre no fuera curioso, no estaría motivado para aprender y entender. Y en las primeras fases de nuestra vida, además nos ayuda a aprender a vivir y sobrevivir.
Los bebés nacen con una serie de instintos, que son básicos para sobrevivir en el mundo. Desde la succión, para poder alimentarse desde el primer día. De protección, girándose al lado contrario de donde creen que viene un peligro (algo que en nuestros tiempos no nos es muy útil) La curiosidad, aunque no sea un instinto, es algo innato en el ser humano. Y será para seguir desarrollando nuestros instintos. Digamos que los instintos, es lo mínimo que debemos saber para vivir. El resto, lo aprenderemos por la curiosidad.
Los niños tienen el impulso de dar pasos. Pero, necesitan la motivación para intentar andar. Si el niño no quiere llegar a ningún sitio, no comenzará a andar. Será la curiosidad la que motive el desplazamiento del niño. “¿Qué será eso que tiene luz al fondo de la habitación?, quiero verlo” es uno de los primeros impulsos de curiosidad que tiene el niño.
Los niños aprenden por el método de prueba y error y por la relación de conceptos. Digamos que la curiosidad será el motor para hacer la prueba. Probaremos a tirar un juguete al suelo, para saber que ocurre con él. O daremos la vuelta al biberón a ver como
sale el agua…Pronto los niños pasan por una etapa que llamamos la fase del ¿Por qué? Su ansia por conocer no tiene fin. Quieren descubrir el mundo que les rodea, y quieren entender como funciona. Es en el momento en que entienden que nosotros podemos explicarles todo, cuando el niño se aprovechará de nuestros conocimientos para aprender. Y saciar así su curiosidad.
La curiosidad a lo largo de la vida.
Debemos distinguir entre curiosidad y cotilleo. La curiosidad, es una virtud fundamental. Y es la que provoca que haya gente que no para de estudiar a lo largo de toda su vida. Esto es debido a la curiosidad, las ganas de entender y de saber. Frente otras personas que enseguida, sacian sus necesidades. Se conforman con lo que conocen y no necesitan saber datos históricos, ni sobre el estado de la economía y como funciona, sobre el sentido del mundo… La curiosidad es la que ha movido a todos los grandes genios a hacer los grandes descubrimientos. Las ganas de conocimiento.
Aunque esto no quiere decir que la curiosidad vaya con la edad. Sino más bien con la educación y el entorno. Aunque podemos encontrar diferentes casos, como siempre decimos cada niño y cada persona es única y diferente al resto.
Imaginemos que, un adulto que no es curioso, pierde de repente la memoria y despierta un día en el hospital. Aunque en su día a día no fuera una persona curiosa. Desde el primer momento en que se despierta, volverá a recuperar toda la curiosidad que ya tenía de bebé y niño. Querrá entender quién es, que hace ahí, que es eso… La curiosidad nos da la vida y el conocimiento. Consigue que el mundo siga girando y que cada vez podamos resolver más problemas del mundo.