La Dalia no es solo un restaurante, es también un bar de tapas. Situado muy cerquita de La Alameda de Hércules (Sevilla), tiene una decoración detallista y suave, que invita a un tapeo tranquilo.
Desde una rústica caja con botellas vacías de vino hasta una pared panelada con motivos pop-art, en La Dalia el ambiente es como el de la caja de pimentón del mismo nombre, calidad y confianza, buen producto envuelto en una bonita lata. La flor de la dalia crece en grupos de tres. No en vano, este restaurante del mismo nombre lo llevan tres hermanos: Alberto, Irene y Álvaro Lázaro Moscosa. Trío que viene de Triana y cruza el río Guadalquivir para emprender esta aventura gastronómica desde hace poco más de un años. El artista de la cocina, Álvaro, viene de La Taberna del Alabardero, que ha creado escuela en la ciudad hispalense, y de El Cenador de Salvador, en Madrid.
Sus creaciones son los canelones de carrillera con deuxelle de boletus y pesto de albahaca, croquetas de chipirones en su tinta, saquitos de confit de pato y pera con reducción de vino de naranja y salsa de queso gouda. Y no olvidamos el “pavía negro” o pincho de bacalao y langostino en tempura negro, exquisito y sorprendente.
Su clientela proviene del turismo extranjero, que busca comer en un sitio tranquilo -no ruidoso- y sentado -no en las típicas bodegas tapeando de pie- y público que viene a La Alameda, en la treintena. Reconocen estos hermanos que ellos quieren diferenciarse del auge de bares de tapas y no dudan en denominar este momento como de “burbuja del gastrobar“.Este restaurante y bar de tapas se une a los encuentros #comeycomparte, organizados por De Tapas por Sevilla, y en esta ocasión compartimos mes y mantel con blogueros y periodistas Ángel Fernández Millán, Susana Aguilar, Benito Caetano y Constanza Lucadamo. La Dalia tiene pinta de no ser solo una tendencia, sino de dar flores por mucho tiempo. Por todo esto, #comeycomparte.
publicado el 12 marzo a las 13:21
Por cierto, su segundo apellido es Troncoso y no Moscosa.
publicado el 12 marzo a las 13:20
Conozco a los hermanos desde hace varios años, Álvaro es uno de mis (pocos) mejores amigos. Aprendí con él la alta cocina con la que ahora nos deleita. Nunca me ha fallado y por ello, cuando decidió a abrir La Dalia no dudé ni un momento en echarle una mano los dos primeros meses y, probablemente, sean los dos mejores años de mi vida profesional como cocinero. Y no dudaría en volver con él si me lo pidiera.
En esta renovada etapa le deseo lo mejor. Y a los sevillanos y visitantes les recomiendo que pasen por su casa, que prueben su cocina. No se arrepentirán. Y no dudo de que volverán.