Cuantas más películas veo de genero negro estoy más convencido que es mi preferido, está en dura pugna con el de la ciencia ficción, aunque siempre he pensado que la mayor parte de las grandes películas tienen su base en el drama. Con todo este batiburrillo de géneros observar que no hay que rechazar ninguno, todos pueden ser perfectamente válidos, la grandeza del cine está en las películas (y otras cosas más) independientemente de donde encasillemos cada una de ellas.
Lo primero que me apetece decir es que la película de Siodmak me parece muy trabajada a nivel guión, no quiere decir que sea acertada o no del todo, pero si que da la sensación que se ha buscado en todo momento como tener al espectador en ascuas, algo muy propio del género. Hay distintas formas de hacer que el espectador se mantenga atento a la narración, en este caso el realizador utiliza dos métodos y los dos a la perfección.
Durante la primera parte del film somos espectadores de una serie de asesinatos, en los que uno de los personajes Scott (Alan Curtis) parece del todo culpable aunque el defienda a capa y espada su inocencia. Durante este período de a película somos meros observadores, deambulamos por el nocturno New York, visitamos los sitios que visitan los personajes, incluso llegamos a ponernos del lado de Scott ya que al haberle acompañado por su particular deambular durante la noche sabemos lo que ha ocurrido.
A partir de lo que yo denominaría la segunda parte, nos muestran de una manera totalmente abierta la identidad del asesino, nuestras preocupaciones cambian de bando, ahora estamos pendientes de Kansas (Ella Raines) la secretaria de Scott. Ella también está convencida de la inocencia de su boss y no dudará en hacer todo lo que esté al alcance de su mano para librarle de la horca. En un magnifico giro, el realizador ha influenciado en la mente del espectador, nos ha manipulado como ha querido, cambiando nuestros sentimientos hacia los personajes sin que casi nos dieramos cuenta. Eso es cine.
Lo realmente grande de este trabajo insisto en que está en la historia, no podemos hacer demasiados halagos a las interpretaciones y otros aspectos. Es normal que la historia y el guión sean buenos, ambos tienen una base novelística, pienso que hubo una época en el que muchos directores tan solo tenían que plantearse una película de cine negro y elegir entre las múltliples novelas que había del género y adaptarla. La calidad narrativa de aquella época era tal, que lo tenían un poco más fácil, que por ejemplo ahora.
Técnicamente el largometraje es impecable, la calidad de la fotografía es impresionante, los planos tomados con la cámara están hecho con soberbia profesionalidad, incluso hay algunos picados increíble. En ellos lo que el realizador pretende es minimizar la importancia del personaje, demostrando como la conciencia ejerce una brutal presión sobre sus hombros. El uso de los focos y por tanto la iluminación de las escenas, destacando unos elementos sobre otros esta hecho de una forma muy cuidadosa. Incluso la utilización del sonido, el repiqueteo de los tacones de Kansas en la noche neoyorquina; todos estos elementos en su conjunto hacen una película realmente negra.
Es una película repleta de insinuaciones, por ejemplo la escena en la que descubren a la mujer muerte, nunca vemos el cadáver pero el interrogatorio, transcurre bajo un retrato que cuelga de la pared. La continua obsesión de Marlow (Franchot Tone) por sus manos, y el tributo que les rinde esculpiéndolas como podemos ver en su estudio. Pero para curiosa les dejo la escena en la que dos personajes entran en un antro donde se toca jazz de forma frenética por individuos que parecen estar inmersos en vapores etílicos y algo más. Digna de estudio esta escena se lo aseguro.
TRONCHA