El sueño de Triball se desvanece tras la Gran Vía. La crisis, la prostitución, la indigencia y la drogadicción siguen marginando esta zona.
Tatiana G. Rivas- Twitter: @TGrivas / Madrid – ABC.es
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El decorado social de la margen derecha de la Gran Vía, desde la calle de Valverde hasta la Corredera Baja de San Pablo, era un foco marginal hace apenas cinco años. La venta y consumición de drogas, la delincuencia y la prostitución se habían adueñado de la zona. Esta estampa fue una imagen fija desde los años 80 hasta 2007.
Fue en ese año cuando un grupo de emprendedores decidió cambiar el barrio por la vía del comercio; una apuesta para desplazar toda esa lacra con establecimientos «vanguardistas», «innovadores» y «cosmopolitas». El sueño estaba claro. Se miraba en el espejo del Soho neoyorquino y la Carnaby Street londinense. La zona de compras alternativa madrileña recibía un nombre: Triball, el triángulo de Ballesta. Pero el proyecto, cinco años después, se ha quedado a las puertas.