Han pasado poco más de un día de la última derrota de Boca frente a Lanús en la Bombonera. Pero mucha agua ha corrido bajo el puente. Muchas versiones han circulado desde que Pelletieri convirtió el penal con el que el Grana se llevo el encuentro. Se rumoreó desde que Borghi se iba hasta que llegaba Gallego, incluso sonó el nombre de Diego Maradona. Pero el DT campeón con Argentinos Juniors, fiel a sus convicciones, decidió repensar la decisión de dejar la conducción técnica de Boca, y hoy, luego de hablar con dirigentes, leer y escuchar a los medios (como él mismo había declarado), oír las repercusiones en la gente y dialogar con sus seres queridos, decidió seguir. En mi opinión, lo mejor que podría haber hecho.
Al comienzo de campeonato, Ameal y compañía apostaron por él, le trajeron a Luchetti, Cellay, Caruzzo, Insaurralde y Escudero, todos jugadores funcionales al esquema que Borghi quería implementar en cancha. En correspondencia con esto, las divisiones inferiores del club, comenzaron a utilizar el famoso 3-4-1-2 que el entrenador de primera pregona. Indicios de confianza en el proyecto.
Mucho se habla en nuestro fútbol de la necesidad de proyectos, yo pregunto ¿la salida de Borghi no atentaría contra esto? Muchos pueden discutir que lo que hizo la dirigencia xeneize fue comprar a los mejores y tratar de salir campeón, y nada más. Pero los jugadores que Boca incorporó serán la base de un futuro equipo (recordemos que con la finalización del Clausura se produjo el éxodo de al menos 15 futbolistas). De no muy alta edad y con contratos firmados por varias temporadas, los refuerzos y los juveniles serán la base del plantel en los próximos torneos.
¿De que serviría la salida de Borghi? ¿Quién iba a venir? La inclusión de un interino no beneficiaría en nada al equipo, su ida dejaría un grupo acéfalo que no pelea por nada y que solo tiene la convicción de ser de transición para la llegada de otro técnico, posiblemente, a fin de campeonato. Otro “proyecto” nuevo.
Los malos rendimientos individuales, los cuestionamientos al sistema táctico y fundamentalmente la falta de resultados, pusieron a Borghi en jaque. Cinco derrotas en nueve encuentros pueden ser mucho, pero cuando se tiene la plena confianza de todo el resto de la institución puede sacarse un rédito positivo. Veremos como sale el Bichi de toda esta situación, podrá armar su Boca 2011 con mayor tranquilidad, pero con la necesidad de basarse en victorias para sumar y afianzar la confianza.
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