Y no hay nada mejor para los días oscuros que acordarse de los claros: y el sábado era uno de ellos. Después de trabajar todo el día fuera de Bilbao, mis amigos me organizaron una cenita en La Deliciosa, en el casco viejo, casualidad, al lado del restaurante Gorbea (del que ya hablé en este post), un plan perfecto para pasarlo entre amigos y celebrarlo por todo lo alto! A pesar de tener reserva para las 22h30, el camarero nos pidió un cuarto de hora más, éramos ocho personas, y la verdad no cabíamos en cualquier lado, el comedor es más bien pequeño.
Ya sentados, comienza la conversación, y menos la carta de vinos, nadie mira lo que hay de menú, es más, teníamos pensado pedir el menú degustación, por eso de no pensar, pero por la noche sólo tienen carta. Una pena, oye, casi las once de la noche, cachondeo entre amigos, pues como que no apetece lectura. Bueno, visto el descontrol, tomo el mando:
Pero las croquetas, fueron un exitazo. La verdad es que somos todos fans de la bechamel empanada, y a pesar de que creía que nos traerían una muestra de croquetas de "La Cocinera", no fue así. Seis bolas hermosas de tamaño irregular, que nos fuimos comiendo uno a uno, intercambiando las de jamón serrano con trocitos visibles, con las de bacalao, de sabor suave, y que nos comimos entre F y yo, ya que a los chicos no les gusta el bacalao en las croquetas.
Los segundos, desde una lubina de ración para D ("¿qué tal está?" "ya sabes que me encanta el pescado, así que muy muy malo tiene que ser para que no me guste. Pero tampoco es de lo más brillante"), bacalao a la vizcaína para A, solomillo para el otro A, pato para M, brocheta de pollo al queso para FJ, solomillo de cerdo al Perigord para F y chipirones encebollados para A y para mí. Todos estaban encantados con los platos, la presencia era buena, y menos M que pensaba que había pedido foie, (ni idea de donde se sacó eso), todos estábamos satisfechos con las raciones y con el plato. Yo tenia antojo de chipirones, y la ración que me sirvieron era perfecta: cinco chipironcitos, de mayor a menor tamaño, tersos, y con la cebolla con ese color marrón de haber estado a fuego lento por encima. Acompañaban a los chipirones unas patatas que para mi gusto, sobraban: demasiado grasientas, quizás unas patatas al horno, o hervidas hubiera estado mejor.
Llegaba el turno de los postres, y sólo D y yo nos animamos: "rubia, ¿compartimos?" Claro, te lo pregunta un amigo al que le encanta el dulce como a ti, y qué vas a decir, ¡pues claro! Así que él, que no es de aquí, se lanzó a la pantxineta, y yo, que soy de todas partes, al "chocolate a muerte" (eso podía en la carta, y pese al nombre, nos atrevimos, #vivoallimite). ¿Creeis que probé algo? Pues no, por que apareció la camarera con la pantxineta y una velita, todos cantando el "zorionak zuriiiii..." (cumpleaños feliz en euskera, para los de los alrededores de Bilbao, jajaja) y yo emocionada a más no poder. Eso sí, la tarta de chocolate, increíble, buenísima. La pantxineta, a juicio de D, muy buena también.
LA DELICIOSA C/ Jardines, 1. Bilbao
Cocina destinada más a turistas que a bilbaínos, pero un buen sitio para pasarlo con amigos en el centro del casco viejo. Cocina moderna sin complicaciones, platos sencillos y fáciles de reconocer, de buen sabor, y buena presencia. Además el servicio, muy amable y atento, además de hacer más llevadero con sus bromas el calor que hacia en el interior (no tienen aire acondicionado), y de prestarse a ayudar a mis amigos con la velita y los regalos.
Cena con vino blanco, 30€ cada uno (y sobró para una ronda)
La ensalada de canónigos
Croquetas: las oscuras de jamón, las claras de bacalao. F es una artista.
Chipirones encebollados, con patatas excesivamente grasientas.
Pantxineta, y segunda parte del 27+1
Chocolate a muerte!