Existe un rumor que dice que vivimos en una democracia.
Los valores en los que se sustentan tales rumores, para cada uno, son variables. Algunos conforman la democracia con el mero hecho de la existencia de partidos políticos y la posibilidad de votarles cada cierto tiempo. No se va más allá y por lo tanto no se profundiza ni se quiere ver si ese rumor está sustentando en planos de igualdad de oportunidades para todos los partidos, por poner un ejemplo. Otros además en la existencia de una pluralidad (en número) de medios de comunicación, sin fijarse en que todos dicen lo mismo y no permiten la pluralidad de opiniones.
Una Arcadia perfecta en la que entre ayer y hoy han sucedido dos cosas que ponen de relieve la fuerza del rumor.
Una sentencia de un tribunal caduco lleno de magistrados de parte se cisca en la opinión del parlamento catalán, del parlamento del estado y de los ciudadanos y ciudadanas catalanas, que aprobaron su Estatut democráticamente en un referéndum libre. Independientemente del valor jurídico de la sentencia, lo que ésta ha venido a decir es que no hay posibilidad alguna fuera de la interpretación constitucional, ni siquiera porque lo decidan los ciudadanos y sus representantes.
Es tal la bofetada a la democracia misma, que uno enseguida se acuerda de frases huecas donde se dice que es posible hasta la independencia por vías democráticas. Mal ejemplo. Las cosas estás atadas y bien atadas para que cualquier pretensión legítima de independencia, aun utilizando las vías pacíficas y democráticas, sea cortada de raíz. Ojo al parche.
Y la segunda cosa que viene a avalar esta cuestión es el pacto llegado entre PPsoe para reformar la ley electoral e impedir que ciudadanos que estuvieron en listas ilegalizadas en función de la ley de partidos y demás zarandajas, puedan presentarse en las listas de otros partidos, con una trayectoria intachable de defensa de la democracia y contra el terrorismo, con la amenaza de su ilegalización.
Es tal el atropello que se propone que, si no fuera porque uno desconfía de esa justicia de parte, diría que es francamente inconstitucional, ya que lo que se ilegalizaron fueron listas electorales y partidos, pero no se suspendieron NUNCA los derechos de esas personas. Y por añadidura, ahora se pretende suspender esos mismos derechos con carácter retroactivo. es decir a gente que perteneció a un partido que en su día fue legal.
Si. Al parecer hay un rumor de que vivimos en una democracia.