Homo sapiens, el nombre de nuestra especie, desaparece de los artículos de divulgación científica sobre nuestra evolución. Los periodistas, los divulgadores, los científicos, están dejando de usarlo. Ahora ya no se dice "los sapiens" o "el Homo sapiens", ni tampoco "Homo sapiens sapiens". Ahora se dice "los humanos".
La extinción de "sapiens" se está produciendo a gran velocidad desde hace quizá un par de años, y de un modo totalmente silencioso y pacífico, si oposición, protestas (salvo las mías), ni debate alguno que yo conozca.
Ya lo he comentado otras veces en el blog: este cambio tiene serias desventajas. De momento, dos:
1.- Los lectores fácilmente pueden acabar creyendo que la ciencia, en algún sentido, ya no considera humano al hombre de Neandertal (o al resto de especies o subespecies pertenecientes al género Homo). Expresiones como "el genoma del neandertal se comparó con el de los humanos" o "los humanos se cruzaron con los neandertales" son ya ubicuas. Un par de ejemplos: "Un ser humano ganaría a un neandertal en una carrera" (ABC). "Los neandertales no son los únicos simios con los que los humanos se cruzaron" (New Scientist. Explicación de este titular, aquí).
2.- La confusión por incoherencia con la divulgación anterior puede ser importante. Por ejemplo, cuando antes alguien escribía sobre el origen de los humanos, generalmente se refería a un proceso gradual, a una fecha antigua (hace casi 2 millones de años) y a unos primeros representantes ancestros (H. habilis, H. erectus...) de morfología primitiva. Ejemplo: "¿Aparecieron en Asia y no en África los primeros humanos?" (NG, año 2005), Ahora se puede estar refiriendo al origen de los humanos anatómicamente modernos hace menos de 200.000 años. Ejemplo: "Los neandertales y los primeros humanos no se mezclaron demasiado" (NY Times, año 2011).
Ed Yong es uno de mis divulgadores favoritos. El otro día publicó un post sobre la frecuencia de encuentros sexuales entre sapiens y neandertales. Pero él, siguiendo la tendencia, no escribió sapiens en ninguna parte del artículo. Yo le pregunté por qué y su respuesta fue muy interesante. Uno de sus argumentos fue que llamarnos "sapiens" tampoco sería apropiado si se vuelve a una clasificación en subespecies, ya que los neandertales volverían a llamarse Homo sapiens neanderthalensis. Pero eso nunca fue un problema antes. Y es habitual en zoología que, cuando hay subespecies, es la última parte del nombre la que se usa informalmente para distinguirlas. Y tampoco podría suponer una confusión mayor que la que tenemos dejando de llamar humanos a los miembros del género... humano (que es lo que significa Homo, literalmente).
El otro argumento de Yong fue más aplastante: son los científicos a quienes entrevista para preparar sus artículos los que llaman ahora "humanos" a lo que antes se llamaba "sapiens". Y si los científicos lo consideran apropiado, para qué complicarles la cosa a sus lectores.
Pero ¿por qué hacen ahora esto los científicos? De momento, yo sigo pensando que este cambio tiene mucho de moda, de inercia, y de falta de imaginación o de esfuerzo a la hora de buscar alternativas para expresiones largas o supuestamente difíciles en un texto. Sin embargo Mike Keesy aporta una razón perfectamente argumentada (pero retorcida, farragosa, y de motivación "ultracladista" en mi opinión) para dejar de llamar humanos (cosa que no hace Yong) a la mayor parte de los miembros del género Homo. La resume así: (por favor, voz solemne): Restringir los términos neontológicos (como "humano"), a los grupos corona (clados basados en representantes vivos), es generalmente una buena práctica porque limita las inferencias injustificadas acerca de los grupos troncales". Si tenéis aguante, está desarrollado en el blog de Keesy: What is a human?
Yo no puedo responder a todo eso, porque no me da el cerebro. Así que en lugar de razonar, simplemente protestaré. Esta gente que excluye de la humanidad a los neandertales y que evita la palabra sapiens como si fuera tabú, NO ME REPRESENTA. NO, NO, NOOOOOOOOOOO.
Lo llaman divulgación y es un puto lío. Hombre, ya.