Revista América Latina

La desnutrición crónica es una cadena perpetua

Por Jose Luis Vivero Pol
La desnutrición crónica es una cadena perpetua
La correcta alimentación es esencial para tener una vida digna, e imprescindible para nuestra realización como seres humanos. El alimento es importante no sólo para la supervivencia física, sino también para el pleno desarrollo de las capacidades físicas y mentales. Los niños que sufren desnutrición crónica (deficiencia de talla para la edad) durante los primeros tres años de vida tienen un menor crecimiento físico y mental, con cuerpos más chicos y cerebros notoriamente más pequeños y menores conexiones neuronales. Los dos niños de arriba viven en una aldea del municipio de Sibinal, en departamento de San Marcos de Guatemala, en la fontera con México. Tienen 8 y 10 años, y una altura y un cuerpecito de un niño de cuatro. Esta es la imagen más clara de la desnutrición crónica. Y esta desnutrición supone un lastre vitalicio, ya que ese retardo físico y mental no se puede recuperar posteriormente, por mucho que se coma bien luego. No tiene vuelta atrás. Esto hará que los desnutridos crónicos posean habilidades motoras y mentales limitadas, que sean menos fuertes e inteligentes, menos innovadores y despiertos, menos graciosos, menos poetas y, en definitiva, menos personas. Y no sólo eso, si no que tendrán menos posibilidades de tener trabajos mejores y más oportunidades para salir del círculo de la miseria y el hambre en que viven: son más débiles y menos innovadores, y por tanto se llevarán los peores trabajos y los menos cualificados. Recientes estudios de largo alcance en Guatemala muestran que los niños que sufren desnutrición crónica en la infancia consiguen luego peores empleos y ganan menos dinero que quienes no han sufrido desnutrición. Por tanto, este tipo de hambre no mata como la desnutrición aguda severa (recordar niños con la piel en los huesos y las barrigas hinchadas), pero deja secuelas de por vida y condena a los que la sufren a una vida de miseria, más hambre y más pobreza. La desnutrición crónica representa el 90% de los hambrientos del mundo..."sólamente". Actualmente, somos 925 millones. Demasiadas cadenas perpetuas para tantos niños y tan pequeños.

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