Revista Opinión

La deuda ofende

Publicado el 14 junio 2011 por Carmentxu

“Los eurodiputados pretenden endurecer los seis textos legislativos sobre la mesa para fortalecer aún más el nuevo sistema de sanciones para los países con déficit y problemas económicos excesivos, así como hacerlo más automático y menos dependiente del consenso de los estados miembros”.
He aquí la indiferencia del verdugo y la maldad del torturador que castiga al más débil simplemente por serlo. Pertenece a una información sobre el encuentro de hoy de los ministros de Finanzas de la UE pero bien podría ser de un pelotón de ejecución. Cualquiera puede ser Grecia porque todos estamos bajo la sombra de la sospecha, analizados con lupa por un científico loco que no deja de hacer experimentos macabros con el paciente. La ofensa se amplía a cualquiera y la respuesta ha sido de indignación. Lógico cuando los bancos y cajas sólo dan créditos a quienes demuestran no necesitarlos, a quien ofrece las suficientes garantías de que va a poder pagar sin demoras el doble de lo que pide en cómodos plazos. En caso de que se tuerza su destino, será castigado por el dios mercado con nuevas penalizaciones. Esto que sucede a nivel de calle se amplía a escala europea y planetaria.
Frente a esto, se eleva la voz de una Cruz Roja desbordada por una bolsa de pobreza que no deja de crecer. Sería el negocio más rentable si no fuera por su naturaleza altruista. Y es que no hay esfuerzo suficiente que valga para este desafío humanitario. No hace falta irse a Costa de Marfil o Etiopía, ni siquiera a Haití. Ya tenemos nuestro propio ejército de pobres, aquí en el hemisferio norte, en la gran Europa, la Europa de los desequilibrios y los juegos malabares, mientras los euromandatarios, en cuya agenda no existe la palabra pobre, aprovechan su exquisita cena para hablar de Grecia, embrión del humanismo y de la democracia, ahora ahogada por los números.

 


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