La diabetes es una enfermedad que afecta la habilidad del cuerpo de producir o utilizar efectivamente una hormona llamada insulina, que controla los niveles de azúcar (glucosa) en sangre. Aunque la glucosa es una fuente importante de energía para las células del cuerpo, en exceso y por períodos largos de tiempo, puede causar daño en muchas partes del organismo, incluyendo el corazón, los riñones, los vasos sanguíneos y los pequeños vasos en los ojos.
La diabetes puede causar cambios en la visión de ambos ojos, aun cuando no exista daño alguno en la retina. Los cambios rápidos en el azúcar en sangre (glicemia) altera la forma del lente del ojo, y la imagen en la retina se vuelve borrosa. Luego que la glicemia se estabiliza, la imagen vuelve a focalizarse. Estos episodios se pueden reducir manteniendo un buen control sobre los niveles de azúcar.
Dentro de los dos tipos de diabetes que existen, el más común es el tipo 2, que usualmente se desarrolla con la edad. Este se puede caracterizar por la falta de insulina que el cuerpo falla en producir, o también porque las células del organismo no reconocen la insulina que se produce. También podemos encontrar la diabetes gestacional, que se produce en la mujer embarazada, incapaz de producir la cantidad de insulina suficiente que el organismo requiere.
Las personas con cualquiera de estos tipos de diabetes pueden desarrollar hiperglicemia (exceso de azúcar en sangre). Una elevación crónica del azúcar en sangre puede dañar los pequeños vasos sanguíneos de los ojos.