Una investigación desarrollada por expertos de la Universidad de Adelaida (Australia), determina que una dieta rica en grasas y azúcares durante el embarazo cambia la estructura cerebral de los bebés y altera la forma en la que el sistema cerebral funciona después del nacimiento. Por otro lado, un estudio estadounidense muestra una relación entre el sentirse bien comiendo alimentos ricos en grasas y azúcares con la dopamina, un neurotransmisor implicado en las funciones cerebrales, por lo que se sugiere que la obesidad se clasifica como un trastorno adictivo.
La dieta en el embarazo cambia la química cerebral de madre e hijo, al menos así se determina en un estudio realizado con animales, se ha determinado que un gen responsable de codificar un opioide endógeno denominada encefalina, se expresa en un nivel más elevado en las crías de los roedores que consumieron una dieta más alta en grasas y azúcares, en comparación con aquellas crías de roedores que comieron una dieta habitual a base de pienso. El incremento de la encefalina unido al bloqueo del receptor del opioide, fue menos efectivo para reducir el consumo de azúcar y grasa en las crías, es decir, eran menos sensibles a la comida basura.
Los opioides son sustancias químicas que se liberan con el consumo de alimentos ricos en grasa y azúcar, son responsables de provocar una mayor liberación de dopamina, lo que crea una buena sensación, provocando una respuesta satisfactoria de los receptores cerebrales de la recompensa. Por tanto, ser menos sensible a los opiáceos hace que las crías sean más propensas a consumir en exceso alimentos ricos en grasa y azúcar. Este mecanismo se produce durante el embarazo, por ello es muy importante que las futuras madres sigan una dieta sana y equilibrada y eviten abusar de grasas y azúcares.
Los resultados de estas investigaciones permitirán informar mejor a las futuras mamás sobre los efectos de la dieta en el embarazo en el futuro bebé, así como el incremento de los efectos metabólicos negativos que pueden sufrir los futuros bebés. Retomando la investigación estadounidense realizada por expertos de la Universidad de Tufts, los resultados arrojan una relación entre el nivel de dopamina y la obesidad, por lo que determinan que este tipo de dietas que favorecen la obesidad son adictivas. En las revisiones realizadas se ha descubierto que la química cerebral responde de manera similar tanto a los alimentos ricos en grasas y azúcares, como a las drogas.
Según leemos aquí, la reducción de la liberación de dopamina en los roedores que consumieron dietas insalubres, provocaba incrementar la ingesta de alimentos ricos en grasa y azúcar para poder compensar esta carencia y facilitar que la química cerebral funcionara y pudiera ser estable. Ambos estudios, el australiano y el estadounidense, son complejos, el modelo llevado a cabo con roedores de laboratorio se puede trasladar al ser humano, por tanto, es imperioso intentar seguir una dieta sana y equilibrada para reducir el riesgo de que los futuros bebés sufran una alteración en la química cerebral y se incremente el riesgo de que puedan padecer sobrepeso u obesidad.
Son muchos los estudios que muestran la importancia de seguir una dieta saludable durante el embarazo, lo que muestra que la alimentación de la madre es uno de los pilares para que los bebés gocen de buena salud y se alejen del riesgo de sufrir problemas como la obesidad en un futuro.
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La dieta en el embarazo cambia la química cerebral de madre e hijo