Los problemas de sobrepeso en el mundo occidental de hoy en día, y las difíciles soluciones médicas hasta la fecha, han propiciado la proliferación de un gran abanico de dietas. Una de ellas, muy de moda en los últimos años, es la llamada dieta paleolítica.
Este tipo de dieta consiste en alimentarnos con aquello para lo que nuestro cuerpo está, por genética, programado. Es decir, en ingerir los alimentos que ingerían nuestros antepasados, con predominio de carnes, pescados y mariscos, y de fruta y verdura.
Según los profesionales que propugnan la también llamada paleodieta, muchos de los problemas de salud de hoy en día son consecuencia de no alimentarnos correctamente, desatendiendo nuestra condición humana.
La dieta paleolítica aboga por desterrar lácteos y productos elaborados a partir de cereales como pan, pasta, bollos y galletas. También considera nefasta el azúcar. Por otro lado, es importante consumir grasas buenas como el aceite de oliva virgen, frutos secos y aceite de pescado como el omega 3.
Al contrario que otras dietas, la paleolítica indica que hay que comer pocas veces al día y bastante en cada ocasión. El ejercicio también es importante. En la paleodieta están indicados los deportes como correr o caminar, los mismos que ejercían nuestros antepasados. Según muchos expertos, con la dieta paleolítica se logra adelgazar entre 8-10 kilos en seis meses y jamás vuelven a recuperarse.