El Hospital Infantil de Boston ha comprobado que la dislexia podría ser indentificada en el individuo aún en el período anterior al comienzo de la lectura, eso se debería a que la actividad cerebral de los menores se vería sumamente diferente en las resonancias magnéticas, diferencias que denotan dificultades con la lectura, ortografía y dificultad de reconocimiento de palabras fluídamente.
La dislexia del desarrollo afecta por lo menos al 5% de los niños según el nuevo estudio, así también se ha comprobado que uno de cada dos niños que tengan antecedentes de dislexia en la familia manifestarán durante su crecimiento problemas de lectura y escritura, ya que quienes padecen dislexia encuentran problemas en el reconocimiento de las estructuras subyacentes de los sonidos de las diferentes palabras, teniendo problemas para convertir los sonidos en lenguaje escrito.
Si bien la dislexia se encuentra presente desde el nacimiento suele ocurrir que se descubre recién alrededor de los 5 o 6 años de edad, que es cuando el niño comienza su aprendizaje escolar, es por ello que detercarlo prematuramente, durante los primeros años de vida, es conveniente para evitar problemas de aprendizaje y favorecer el desarrollo intelectual del niño que tiene este problema.
La investigación se desarrolló a cargo de la doctora Nora Raschle, de los Laboratorios de Neurociencia Cognitiva del Hospital Infantil de Boston, y para ello se realizaron resonancias magnéticas a 36 niños de edad preescolar mientras realizaban actividades de identificación de palabras, dos que iniciaban con el mismo sonido al pronunciarlas. Durante el proceso fonológico aquellos niños con historia familiar con dislexia manifestaron una reducción de la actividad metabólica en algunas regiones del cerebro: lóbulos temporal y parietal en la parte posterior del cerebro y en las uniones entre los lóbulos occipital y temporal.
Los niños que marcaban una activación alta en esas áreas eran los que tenían mayores habilidades de lectura con rima, distinguiendo mejor los sonidos y las letras, siendo capaces de separar sonidos dentro de una palabra, ellos se encontraban a salvo de tener dislexia, en cambio los que no mostraron aumento en la activación de las regiones frontales cerebrales eran los que se encontraban en situación de riesgo.
La doctora Nadine Gaab, una de las investigadoras principales, explicó:
“Ya sabíamos que los niños mayores y adultos con dislexia tienen una disfunción en las mismas regiones cerebrales”…”lo que este estudio nos dice es que la capacidad del cerebro para procesar los sonidos del lenguaje es deficiente, incluso antes de que los niños sepan leer”.
La autora del estudio agregó:
“Esperamos que la identificación de los niños en situación de riesgo para la dislexia en edad preescolar o incluso antes, pueda ayudar a reducir las consecuencias negativas sociales y psicológicas que estos niños a menudo se enfrentan”…”si podemos demostrar que podemos identificar a estos niños temprano, las escuelas pueden ser estimuladas a desarrollar los programas”.
Vía | Milenio
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