Revista Cine
La distancia es la nueva novela de Pablo Aranda (1968), de quien ya os he hablado por aquí en alguna ocasión y cuyos títulos quiero seguir leyendo.
Conocemos a Emilio, un traductor jurado de Málaga, un hombre solitario que alterna su trabajo con los encargos de un misterioso personaje apodado "El Coronel". Su rutina se ve interrumpida por uno de esos encargos, ya que debe infiltrarse en una operación de narcotráfico en Marruecos. Una misión que dista mucho de las anteriores y que le viene grande al protagonista, pero en la que ve la posibilidad de regresar a un lugar donde prometió no volver. El incumplimiento de esa promesa pone en riesgo no solo su vida, sino también la de Tamar, una mujer que nunca ha dejado de estar presente en su mente.
Con este comienzo todo parece apuntar a que nos adentraremos en una historia cargada de misterio, acción, intrigas y espionaje pero, si bien es así al principio, al llegar a la segunda parte la historia da un giro y nos transporta a muchos años atrás, cuando Emilio era un estudiante universitario en Granada y conoció a Tamar, una joven marroquí dispuesta a abandonar las tradiciones, pero que finalmente no lo hace, casándose por conveniencia con un hombre poderoso y nada noble vinculado al Majzén.
Ese viaje al pasado supone un cambio de tercio algo abrupto en la novela, pero nos ayuda a ir atando cabos y entender el presente de los personajes y lo que se juegan si pretenden estar de nuevo juntos. Desde mi punto de vista, esta parte del libro es la que acaba teniendo más peso, es la que está más elaborada y tiene más fuerza, en contraposición a la otra, que resulta algo predecible y queda eclipsada por los años de juventud de los protagonistas. A lo largo de las páginas también veremos presente otro nombre: Marta, una enigmática mujer que solo conoceremos a través de algunas pinceladas y sobre la que me habría gustado saber más.
Con un estilo particular y ágil, Pablo Aranda nos ofrece una novela muy bien ambientada cargada de nostalgia, una historia sobre las paradojas del destino, sobre lo lejos que pueden estar dos personas que solo se encuentran a unos metros, y lo cerca que pueden sentirse a muchos kilómetros de distancia (en este sentido, el título me parece de lo más acertado). Una historia, en definitiva, sobre reencuentros, secretos, tradiciones, negocios oscuros y con toques de novela negra, donde hay más melancolía que acción (en contra de lo que parece en un principio), sin bien eso no ha impedido que disfrute en general de su lectura.