
Para empezar y a pesar de lo que diga el resto de la humanidad, a mí Bruselas me gusta. No hay vez que no vaya que no me acerque a la Grand Place y alrededores. 
Tomando la calle Boterstraat voy cruzando de acera en acera y pegando la nariz a los escaparates rebosantes de bombones, chocolates y dulces... hasta que entro y pico, claro está. Vamos a ver a la amiga Elisabeth...
Aquí compras chocolates como si se fuera a acabar el mundo
Hay gente que hasta se anima con los turrones
Muy cerquita te encuentras con este monumento kitsch que es La Cure Gourmande
con sus mil cajas de colores de aire vintage tan de moda
Te coges tu bolsita y te autosirves...
Aquí mi compra en caja bizcochera tradicional
Se acaba el tiempo. Hora de volver.
Espero que lo hayáis disfrutado. Buenos días y buena suerte
