Repasando algunos de los desafíos o retos a los que nos enfrentamos a nivel mundial de cara a la transición circular encontramos uno de gran importancia por lo que supone como primer paso del engranaje productivo: los recursos materiales.
Después de analizar las cadenas de valor mundiales y el impacto del suministro en la economía mundial vamos hablar de los recursos primarios, algunos de ellos de tanta importancia como es el caso de la biomasa que el Planeta nos proporciona.
La biomasa se utiliza como alimento, pienso, materia prima y también energía, siendo precisamente los alimentos la biomasa extraída más importante, debido a su carácter vital para los seres humanos.
Sin embargo, los sistemas alimentarios mundiales tienen un efecto profundo en la pérdida de biodiversidad, así como en la erosión del suelo, y son responsables del 21 al 37% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) provocadas por el hombre.
La extracción y la transformación de la biomasa representan más del 30% de las emisiones GEI relacionadas con los recursos materiales, sin contar las emisiones derivadas del cambio de uso de la tierra.
El rendimiento de las cosechas por superficie ha aumentado de forma considerable en las últimas décadas, fenómeno conocido como la revolución verde.
Sin embargo, el crecimiento de la población y el cambio a una dieta basada en los animales, así como la creciente demanda de productos que tienen un gran impacto en la biodiversidad y el estrés hídrico, como el café, el cacao y el algodón, ejercen presión sobre los recursos hídricos y terrestres, lo cual puede agravarse aún más por el uso inadecuado de los insumos agrícolas, como los productos agroquímicos y los fertilizantes.
Además, la sostenibilidad de la producción de alimentos y productos básicos, así como de los ecosistemas, se ve amenazada por los impactos del cambio climático.
Esto requiere tomar medidas para adaptarse a los impactos del cambio climático en esos sectores, así como para aumentar su resiliencia frente a este.
La UE es el mayor importador y exportador de alimentos del mundo y comercia una variedad de productos alimenticios cada vez mayor con países de todo el mundo
La UE importa determinados productos básicos, por ejemplo, piensos, frutas tropicales, mariscos, aceite de palma y café, cuya producción puede tener un impacto ambiental y social negativo en los países exportadores, entre otros, la degradación de las tierras, el agotamiento de los recursos naturales y unas condiciones laborales injustas.
Aproximadamente, el 31% de las tierras necesarias para satisfacer la demanda de alimentos de la UE se encuentra fuera de Europa y menos de la mitad del consumo de pescado y marisco de la UE se satisface con la producción de la Unión, lo cual significa que una parte sustancial de la huella del sistema alimentario de la UE se encuentra fuera de Europa.
Según estudios, entre 1990 y 2008, la UE importó y consumió un tercio de los productos agrícolas comercializados a nivel mundial relacionados con la deforestación.
Además, si se tiene en cuenta la deforestación incorporada en el consumo final total, el consumo de la UE representa alrededor del 10% de la cuota mundial.
Los minerales y los metales proporcionan materias primas esenciales para la sociedad y casi todos los sectores de la economía mundial los utilizan.
Su extracción y posterior transformación serán fundamentales para proporcionar la tecnología limpia, la movilidad y las soluciones digitales necesarias para la transición de todos los sectores industriales hacia la neutralidad climática y una economía circular.
Habida cuenta de la magnitud de la demanda, su extracción seguirá desempeñando un papel fundamental.
La extracción de minerales y metales en todo el mundo abarca una gama de actividades muy diversas y generalizadas a nivel mundial, que incluyen explotaciones mineras industriales muy grandes y altamente mecanizadas y pequeñas minas artesanales informales o ilegales que producen principalmente pequeñas cantidades de minerales de bajo volumen y alto valor, como puede ser el caso del oro, minerales preciosos y semipreciosos, a menudo en condiciones laborales muy deficientes.
La extracción y la transformación pueden tener consecuencias negativas y graves si los impactos ambientales y sociales no se gestionan de una manera adecuada mediante prácticas mineras responsables.
No obstante, el sector de la extracción, si se gestiona con cuidado, presenta grandes oportunidades para promover el desarrollo sostenible, en particular en los países de renta baja.
A la luz de estos desafíos, un uso más eficiente de los recursos se convertirá en un factor cada vez más importante para la competitividad y el crecimiento sostenible, por ejemplo, mediante la ampliación de la vida útil de los productos, de manera que se optimice el valor de los materiales y su uso en el sistema económico, cuyo ejemplo pueden ser las baterías.
Los países desarrollados dependen para un suministro seguro de materias primas fundamentales, sobre todo de importaciones muy concentradas en unos pocos terceros países.
La UE puede diversificar el suministro de materias primas esenciales y reducir su dependencia, entre otras cosas mediante la investigación y el desarrollo de materiales alternativos (no esenciales) y procesos de reciclado eficientes (recuperación y reutilización).
El carbón, el petróleo y el gas natural son fuentes de energía no sostenibles que se utilizan en diversas formas y, al mismo tiempo, constituyen las materias primas de numerosos productos químicos utilizados en la industria farmacéutica, los plásticos, las pinturas y otros muchos productos.
Su extracción, transformación, distribución y uso contribuyen de manera importante a la contaminación ambiental, especialmente del aire, y a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Un importante contaminante del aire y del clima en la extracción de combustibles fósiles es el metano, que tiene un potencial de calentamiento global mayor que el CO2 y acelera el cambio climático.
El mercurio se libera al medio ambiente durante la extracción de petróleo y gas, y entra en las aguas residuales y los flujos de residuos sólidos.
Se considera que estas emisiones son las principales fuentes de contaminación por mercurio de los océanos y los mares, pero en la actualidad no existe cuantificación al respecto.
En general, los efectos del cambio climático relacionados con la extracción y la transformación del petróleo y del gas se sitúan en una escala similar a los del carbón.
Además, los métodos de extracción no convencionales como la producción de petróleo y gas de esquisto (shale gas), así como la producción a partir de arenas bituminosas, han cobrado interés en los últimos años debido a la innovación tecnológica y a la disminución de las reservas convencionales, pero tienen sus propios efectos negativos sobre el clima y el medio ambiente.
En nuestra próxima entrega trataremos con más detalle lo relacionado con la construcción y la urbanización.
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