España es uno de los países de Europa que más ha sufrido los estragos económicos que ha provocado la Covid-19. Y no solo eso, el incontrolable clima, las múltiples variantes del virus y las restricciones para frenar el avance hacia una cuarta ola están ralentizando la normalización de la economía española.
A fecha de hoy, se puede decir sin lugar a dudas, que hay sectores como el de servicios y turismo que se encuentran severamente trastocados, a tal punto que muchas pymes se han visto en la necesidad de cerrar, originando no cientos sino miles de nuevos parados.
Según señala la compañía Statista, España cerró el año pasado con algo más de 755.000 trabajadores en ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) donde la hostelería concentró prácticamente 241.390 personas. Es decir, un 30% de los afiliados en esta difícil situación forman parte del área hotelera.
El sector turístico no se queda atrás, también es uno de los más castigados por esta crisis, demostrado en el hecho de que aproximadamente el 15% de los empleados (11.479 personas) no estén activos laboralmente.
Las pymes son las más golpeadas
España es un país formado por pequeñas y medianas empresas, “la base del tejido empresarial” según pronuncia Ramón Casilda, profesor en economía del Instituto de Estudio Bursátiles (IEB).Casilda además recalca que su aporte es vital para la economía española y que 6 de a cada 10 empleos en el país dependen de las Pymes.
En su opinión, estas empresas realizan “actividades que vienen orientadas por una demanda interna, totalmente apartadas de la competencia internacional”. Esta característica las hace sumamente vulnerables a la crisis económica local.
En un informe denominado “Impacto del Covid-19 sobre la situación financiera de las empresas no financieras en 2020”, el Banco de España estima que entre el 6% y el 10% de las empresas españolas cerrarán por inviabilidad económica debido a la crisis del covid-19. Coinciden en que muchas de ellas serán pymes relacionadas a los sectores de hostelería, restauración y ocio.
Los autores de este informe también señalan que el porcentaje de las empresas insolventes podrían alcanzar hasta el 19%. De ellas, el 9,9% serían inviables y estarían expuestas a su liquidación. Además, se estima que de dichas empresas inviables representarían el 3,7% y 5% de la deuda total corporativa y un 2% a 4% del empleo total.
En el 2021 han desaparecido más de 14.000 autónomos
La Unión de Profesionales Y Trabajadores Autónomos (UPTA) viene advirtiendo desde el mes de agosto del 2020 que diversos sectores comerciales españoles han ido perdiendo afiliados autónomos a la seguridad social. La pandemia y a las medidas de restricción adoptadas para frenar el nivel de contagios, con una escandalosa cifra de 12.000 pequeños establecimientos, sobre todo de hostelería y comercio.
Y el problema no quedo atrás, ya en este 2021 la industria manufacturera y la construcción también han arrojado datos muy negativos, con 1.178 y 2008 autónomos menos, respectivamente. Solo se ve un leve incremento de afiliación en las actividades sanitarias.
En las comunidades autónomas también se ha reflejado un alto descenso en la afiliación al Régimen Especial De Trabajadores Autónomos (RETA). Las comunidades de Valencia, Andalucía y Cataluña han alcanzado los peores datos con unos 2.125, 1.723 y 2.174 establecimientos autónomos menos, en ese mismo orden. Sin embargo, las regiones que menos trabajadores independientes han perdido hasta enero han sido Rioja con 131 menos, Navarra con 190 y Murcia con 196 personas.
A pesar de las dificultades, se prevé un alza en la economía española
La reducción de los gastos de los consumidores y el impacto del turismo causado por las restricciones sanitarias también se refleja sobre el producto interno bruto español. Si bien durante el año anterior hubo un retroceso significativo del 11.8 en el PIB, para este año los datos podrían ser algo más alentadores.
Desde la Unión Europea pronostican a través de un informe publicado recientemente, que la economía de España será la que más crecerá en toda Europa. Además, prevén que recuperará los niveles precrisis durante el primer semestre del 2022, alcanzando así un crecimiento económico del 5,6% para el año en curso y un 5,3% para el próximo. Eso sí, todo esto dependerá de que:
- El proceso de vacunación sea eficiente y que puedan levantarse paulatinamente todas las medidas de contención actuales.
- El turismo internacional tenga una recuperación sustancial, ya que es uno de los elementos que permitiría dicho repunte.
El FMI también dan buenos pronósticos
Aunque las nuevas olas y cepas planteen un panorama preocupante para las perspectivas económicas venideras, el FMI señala que España aún podría lograr un crecimiento del 5,9% en el PBI de este año. Su conclusión se basó en que la crisis económica fue un poco menos severa de lo que se estimó inicialmente en octubre con una caída del PIB español del 12,8%.
En su último estudio de Perspectivas Globales (WEO, por sus siglas en inglés) exponen que a pesar de no llegar al crecimiento de un 7.2% que el gobierno español pronosticó desde finales del 2020, estas son buenas noticias.
Y a pesar de que la recuperación será mucho más lenta debido a la alta incidencia de contagios, España crecería al mayor ritmo de todas las economías avanzadas. Únicamente será superada por países como La India (11,5%) y China (8,1%).
Además, señala que el potencial de crecimiento de la economía española continuaría por encima de la media de países desarrollados y de la zona euro cuando la transmisión del virus registre los mínimos niveles en todo el mundo. Puede alcanzar un 4,7% del PIB para el 2022, por debajo de China (5,6%), la India (6,8%) y Reino Unido (5%).
Las ayudas son imprescindibles
A pesar de la incertidumbre y de la tardía recuperación gradual del sistema económico español, aún existe un panorama optimista clave para la evolución económica, que no es más que el “Fondo De Recuperación Europeo”. Este plan se ha convertido en la gran esperanza de España.
Solo para este año, el gobierno ha realizado una proyección en gasto público de unos 550.484 millones de euros, lo que supone un abultado crecimiento del 19,4% respecto a lo presupuestado el año anterior. De este total, 26.634 millones son de parte de las ayudas provenientes de la UE.
De igual forma, dentro de los presupuestos del 2021, está planificado que todas las comunidades autónomas reciban 10.793 millones de euros del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, y otros 8 mil millones del REACT-EU, lo que denota 18.793 millones de euros otorgados solo por el Fondo de Recuperación europeo.
El Banco Central Europeo adelantaba desde finales del año 2020 que había decidido aumentar a 1,85 billones su programa de compras de activos y además, alargar hasta finales del 2021 el plan de compra de deuda ligado a la pandemia, la cual garantizará una barata financiación a cada uno de los gobiernos.
Este alivio es vital para una economía como la española, que se ha sumergido en la mayor deuda desde inicios del siglo pasado para hacer frente a la pandemia.
Uno de los principales retos para hacer frente a este escenario en 2021 es que por un lado los niveles de déficit y deuda no se incrementan con la misma fuerza que en el 2020, y por otro, que se aprovechen eficientemente todos los fondos provenientes de la UE.
A pesar de la cantidad de datos desfavorables que hoy en día nos pueden llegar a abrumar y de la gravedad de la situación pre y post-pandemia, no todo el panorama es negativo. Esta crisis también nos ha hecho ver que debemos prestarle más atención a las estructuras económicas de los países. El sector servicios y en concreto el turismo tienen un gran peso en la economía española. El riesgo evidente radica en que la gran dependencia de recibir turistas del extranjero se puede ver alterada de manera dramática por eventos como los que hemos vivido. No se debe abandonar ni mucho menos ese gran motor, pero es importante seguir avanzando hacia un modelo económico mucho más diversificado.
Alejandro Betancourt