Con las lamentables noticias de otro atentado terrorista en Niza, Francia, o los disturbios en México por las reformas, usted seguro verá noticias como la inauguración de un arca de Noé como un chiste de mal gusto. Sin duda hay mucho qué decir sobre acontecimientos más importantes que prestarle atención a un parque de diversiones cristiano. Sí, creo que usted tiene razón. Pero también creo que es importante estar atentos a estos "chistes" (recuerde a Terencio: "nada de lo humano me es ajeno"), como este del que es protagonista el ya famoso creacionista Ken Ham.
Para quienes no lo conozcan, Ken Ham es uno de los principales promotores del creacionismo de la Tierra joven. Fundador del Museo de la Creación, posiblemente, la mayor vergüenza de museo a nivel mundial, con exposiciones bíblicas donde se muestra cómo los seres humanos convivieron con dinosaurios antes del Diluvio universal. Nada de esto sería de tanta importancia si tan solo los fondos públicos no se estuvieran yendo hacia proyectos de fundamentalismo cristiano como el "Encuentro con el Arca", y si tan solo estas cosas no fueran apoyadas por una parte preocupantemente grande de la población estadounidense, una parte importante que vota y tiene voz cuando de políticas sobre educación y financiación de proyectos científicos se trata. Buena parte de esta población que apoya proyectos como este parque temático, son los mismos que llegan apoyar ideas más serias (pero igual de estúpidas) como las expuestas por el propio Ham cuando habla de la homosexualidad, el aborto o los ateos que están condenados al castigo eterno.
En palabras del propio Ham, el nuevo parque no tiene por propósito ser solo diversión:
Quiero decir que no es como un parque Disney o Universal, solo para que la gente venga y se lo pase bien. Tiene un propósito religioso. Lo hacemos porque somos cristianos y queremos difundir el mensaje cristiano.A varios miles de kilómetros de distancia tal vez a uno le apetesca preguntarse, ¿cuál es ese mensaje cristiano? Tal vez para los que no conozcan las doctrinas extremistas de Ken Ham pueden llegar a pensar que dicho mensaje es el de la paz universal y la unidad, como muchos otros líderes religiosos (tal vez un poco más cuerdos) llegan a asegurar. Pero no. Ken Ham es probablemente el mejor ejemplo de inmoralidad y podredumbre humana que es fiel a un código ético de la Edad de Hierro.
Ham afirma que el objetivo de esta nueva atracción es, primero, mostrar cómo fue posible que Dios mandara el mensaje divino de construir un arca en la que incluso se llevaron dinosaurios y otros animales prehistóricos dentro de ella, aportando "evidencia" que demuestra que la evolución nunca ocurrió; y segundo, un mensaje de la moral cristiana: los pueblos depravados que no siguen la ley de Dios (y claro, ese no puede ser otro sino el dios en el que cree Ham) serán condenados a la destrucción. Depravados y malvados como los homosexuales que no se avergüenzan de su naturaleza y exigen el respeto que merecen, las mujeres que deciden (libremente) abortar, o los evolucionistas que siguen "la religión atea", no tendrán salvación cuando el día del juicio final llegue. Este es el mensaje de amor cristiano que Ham quiere que enseñemos a los niños y que estos aprenderán cuando visiten el arca o el Museo de la Creación.
¿Qué tan lejos está Ken Ham de los mensajes de odio de grupos como Daesh? ¿Qué tan lejos están todos aquellos que apoyan a tipejos como este (más del 40% de la población gringa, o lo que es lo mismo: 120 millones de personas) de estar fomentando un nuevo lavado de cerebro colectivo para decidir, en base a creencias sin sustento, el futuro de la educación en su país? Tal vez Ham puede afirmar que dejará que Dios juzgue a la humanidad, pero, ¿qué tanto hará falta para que más de un desequilibrado mental cometa algún crimen (como ya ha sucedido) asegurando que sus actos eran la voluntad de su Dios?
La importancia de la educación científica y laica no solo es porque ayude a que los niños elijan alguna carrera en ciencias o ingeniería. Tampoco es un tema único de los Estados Unidos; tal vez allá tengan fundamentalistas construyendo arcas gigantes con fondos públicos, pero aquí también tenemos enemigos del Estado laico que piensan que darles voz a los líderes religiosos debería ser lo correcto, o peor, que deberían destinarse fondos públicos para la creación de santuarios.
La importancia de la educación científica y laica radica en la formación de ciudadanos responsables, con la capacidad y el conocimiento suficiente para tomar decisiones importantes, no basado en cuentos antiguos, sino en el bien social, la investigación libre y la defensa racional de los derechos humanos, en el que se incluye la libertad de culto. Es importante para la formación moral, no basada en un ser desquehacerado que mira con gran indiferencia en el cielo la miseria de este mundo, sino en el sentido de responsabilidad y cooperación; en estar conscientes que uno es parte de un enorme sistema social que no funciona si decide ser deshonesto, corrupto o malvado en general. ¿Se necesita un vigilante en el cielo para que nosotros razonemos y tomemos las decisiones moralmente correctas? Los únicos que responderían que sí parecen ser personas incapaces de pensar por sí mismos, sintiendo comodidad en sus creencias personales.
El nuevo parque de diversiones de Ken Ham no demuestra absolutamente nada más allá de la miseria moral del cristianismo. No sirve para demostrar que la evolución es falsa ni demuestra la existencia de un dios sanguinario que es capaz de aniquilar naciones enteras solo porque dentro de esta existen personas que exigen sus derechos y cuestionan a las autoridades. Si Darwin resucitara mágicamente para ver qué tanto ha progresado su teoría y cómo ha sido socialmente aceptada, sin duda se volvería a morir al darse cuenta que a dos siglos después de su nacimiento existe una civilización dependiente de la ciencia, y mientras ésta posee los beneficios del conocimiento (como la electricidad, internet o los servicios médicos basados en conocimientos biológicos... entre ellos los conocimientos fundamentales de la biología evolutiva) es capaz de financiar proyectos retrógrados, propios de culturas bárbaras y supersticiosas al mismo tiempo.
El recordatorio de por qué es importante la educación científica, y cuán bien establecida se encuentra la teoría de la evolución en nuestros días es también lo que motivó al mago James "The Amazing" Randi a escribir una columna para la revista Skeptic que, hace un par de semanas, el sitio web de la revista publicó titulado "Accepting the reality of Biological evolution". Randi se lamenta el nivel educativo de EEUU reflejado en las encuestas, revelando que más del 40% de los estadounidenses se identifica como creacionista, y que, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Michigan, la aceptación de la evolución por parte de la sociedad del mismo país apenas aumentó 5% en veinte años (el 45% en 1985 a un vergonzoso y estático 40%. Solo 40% de la población de aquel país considera que la teoría de la evolución es correcta y que la evolución es un hecho).
Randi se cuestiona por qué para tantas personas les resulta imposible aceptar un hecho más que demostrado como lo es la evolución. Este mago nos presenta una hipótesis:
En mi opinión, una de las razones por la que muchas personas no aceptan la realidad de la evolución es que simplemente no pueden imaginar los números involucrados. Sufren de una especie de incapacidad aritmética, la incapacidad para comprender las matemáticas básicas, aunque no hay vergüenza que se asocien a eso. Los miles de millones de individuos de la multitud de especies que nacen y mueren cada segundo de cada hora, tienden a sobrevivir - y así reproducir- mejor, siempre y cuando alguna pequeña mutación o combinación de genes les da unos minutos más de tiempo, un mejor punto de vista, una mejor alimentación, o una mejor elección y selección de un compañero. Y ese proceso ha estado ocurriendo ahora por mucho más tiempo que 6.000 años, a pesar esas afirmaciones estridentes vayan en sentido contrario.
The Amazing Randi nos recuerda que todos estamos expuestos al autoengaño, incluso grandes mentes de la ciencia, como lo demostró (según nos dice) el astrónomo Allan Rex Sandage, quien daba por supuesto que en las estructuras bioquímicas de la vida existía un diseño, una clase de plan que supuestamente representa un misterio para los "reduccionistas materialistas". Randi se lamenta que pensamientos como los del Dr. Sandage lleguen a ser esgrimidos por los creacionistas como argumentos sólidos a favor de sus incoherencias.
Como personaje de comic, Noé es bastante
cool.
SI TE INTERESA ESTE TEMA
*El relojero ciego, de Richard Dawkins, TusQuest, España, 2015.
*"Acceptig the reality of Biological evolution", artículo de James Randi publicado en la revista Skeptic.
*La entrada de la RationalWiki, "Ken Ham", posee información sobre algunas de las tonterías que este creacionista ha dicho y hecho a lo largo de su vida.
*"Noah's Ark", entrada en The Skeptic's Dictionary, de R.T. Carroll, con la historia contradictoria de Noé y las locuras de sus defensores.