Es una complicación que puede presentarse durante el embarazo o en el
puerperio. La causa no está bien esclarecida, pero se postula que cuando el
líquido amniótico entre en la circulación materna produce la liberación de
sustancias denominadas mediadores endógenos que ocasiona hipertensión pulmonar,
dificultad respiratoria con consecuente falla cardiaca. Muchas pacientes mueren
en este período, pero las que sobreviven suelen presentar coagulación
intravascular diseminada; es decir, se forman trombos que se diseminan por toda
la circulación ocasionando obstrucción del flujo sanguíneo, especialmente cerebral
con consecuente convulsión y coma. Cuando estos émbolos llegan la circulación
ocular, específicamente a nivel de la retina y coroides, se produce la pérdida
visual bilateral. Se estima que 50% de las pacientes pueden mejorar la visión,
pero tan solo 10% llegan a su total recuperación. Debe sospecharse en
embarazadas que presenten uno o más de los siguientes síntomas: dificultad
respiratoria, colapso cardiovascular, coagulopatía y convulsiones y/o coma. Las
pacientes pueden manifestar pérdida visual durante o posterior a estos
síntomas. Siendo una patología impredecible y no prevenible, el Medico debe
estar atento cualquiera de estos signos de alarma; especialmente en abortos
espontáneos que presenten profuso sangrado.