Revista Psicología

La emoción más importante para el trabajo

Por Joanillo @silosenovendo

El éxito en el desempeño se consigue cuando un empleado cumple tres premisas:
a) Valer.- esto es, cuando el empleado tiene una serie de destrezas, habilidades y competencias que le permiten ejercer con eficacia ciertas tareas.
b) Saber.- junto con las destrezas, es conveniente tener también una serie de conocimientos generales (que se aprenden en los años de enseñanza) y específicos (que se aprenden en el puesto y en el seno de la propia organización) que faciliten el desempeño.
c) Querer.- por último, debe estar motivado para alcanzar una meta.
En conclusión: si una persona tiene la valía necesaria, los conocimientos pertinentes y, además, está motivada para esforzarse y alcanzar el reto propuesto, el éxito es prácticamente seguro.
La tarea de los directivos debería ser, por un lado, seleccionar a las personas con la valía requerida (personas aptas para un cierto desempeño) y, una vez que ya están dentro de la empresa, aportarles los conocimientos y la motivación necesarias para que puedan ejecutar sus tareas con la esperada excelencia. Pero, ¿cual de estas tres "patas del banco" es la más complicada de lograr? Obviamente la que atañe al campo de la motivación.
Como se dice frecuentemente, "cada persona es un mundo" y cada una de ellas tiene sus propias motivaciones para hacer una tarea. La dificultad de un gerente es descubrir qué es lo que motiva a cada uno y tratar, en la medida de lo posible, de aportárselo. En el fondo, estamos hablando de algo tan complicado como gestionar las emociones de las personas, esto es, hacer aflorar en ellos sentimientos positivos que provocen un determinado estado de ánimo y les inciten a actuar con entusiasmo.
Y esta es la palabra a la que quería llegar en el día de hoy: ¡¡entusiasmo!! Para mí, una de las emociones más importantes en el ámbito laboral. Los equipos de personas deben estar movidos por el entusiasmo, por ser ésta una de las emociones más poderosas para el desempeño. La tarea de un gerente en el campo de la motivación debe ser fomentar el entusiasmo en su equipo y aprovechar toda esa energía en post del logro de un objetivo.
Pero claro, por tratarse de una emoción intrínseca a las personas y muy arraiga en el carácter, lo importante es saber buscar a personas entusiastas a sabiendas que si un empleado ya viene con esta predisposición "de serie", es mucho más fácil que el sentimiento aflore a poco que se fuerce a ello.
En todos los equipos de personas hay individuos que muestran mayor facilidad que otras para entusiasmarse ante los nuevos retos. Lo importante es saber quién es (o quiénes son) en cada uno de los casos y "usarlo" como palanca para que tire del resto del equipo.
Una de las grandes dificultades a vencer cuando se proponen cambios en las empresas es la consabida "zona de confort", barrera mental que genera rechazo al cambio y hace fracasar muchas de las ideas planteadas. Pero si encontramos a las personas que se entusiasmen con el nuevo proyecto (aunque sólo sea una) y sabemos usarlas para que ayuden a vencer esa resistencia en sus colegas, la "bola de nieve" comienza a rodar.
En definitiva. Necesitamos rodearnos de personas entusiastas y saber aprovechar toda esa vitalidad cada vez que tengamos que abordar un reto. El entusiasmo mueve montañas y rompe cadenas. Un buen director de personas tiene que ser capaz de hacer aflorar ese sentimiento en sus empleados y debe saber gestionar esa pasión en favor del colectivo. Permítanme que finalice con una frase que espero, les haga pensar:
"El mayor fracaso es la pérdida del entusiamo"
Un cordial saludo


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