La soledad es la compañera de la enfermedad mental y sólo el cuidado sincero y respetuoso de otra persona puede eliminar las barreras que aislan al enfermo mental del mundo(Pfeifer, 1995). Yo, enfermero, me dedico a la Salud Mental, aún no soy especialista en Salud Mental, pero estamos en ello. Motivado por mi trabajo, la satisfacción personal de cuidar a personas, conlleva y siento la necesidad de asesorar, apoyar, defender y luchar por/para ellos, y sobre todo, como es el caso del paciente mental, si además han sido/están marginados, discriminados, estigmatizados por el resto de la sociedad.
Así, me permito el lujo de hablar hoy de mi profesión, una profesión que también tiene que “Tirar los Muros” en Salud Mental, además de aumentar recursos humanos, avanzar en nuestra autonomía y competencias, especialización, formación e investigación, HAY QUE defender los derechos del paciente mental; ser su "abogado", romper con la estigmatización del “enfermero carcelero de bata blanca”: Individualizar y Normalizar las intervenciones, no crear “guetos, grupos”, usar Servicios fuera de los habituales de la Salud Mental, utilizar eficazmente la Alianza/Relación Terapéutica: “quitaros la bata blanca, visitar fuera del despacho”, apostar por la persona: facilitar la auto-responsabilidad y las competencias del paciente(Empoderamiento), ser el Referente de su PTI, ayudar a crear su Proyecto de Vida, dar esperanza, creer firmemente en la Recuperación, estar cerca de la persona en su medio natural, la Comunidad.
Por ello, suscribo la siguiente entrevista, Publicado por esquizo.com, Por su interés , hago referencia a este Editorial de la revista Presencia, que desde el punto de vista de una gran profesional de la salud mental analiza el fenómeno del estigma y plantea algunas estrategias para vencerlo dada la poco optimista situación del problema del estigma y de la atención psiquiátrica.
¿Qué hacer contra el estigma asociado al trastorno mental?
Assumpta Rigol Cuadra, Enfermera especialista en Enfermería de Salud Mental. Lic. En Antropología. Profesora titular. Escola d’Infermeria. Universitat de Barcelona.
A lo largo de mi tarea docente, en no pocas ocasiones, los estudiantes me han planteado las siguientes cuestiones:
• ¿Qué podemos hacer Enfermería de salud mental contra el estigma que conlleva el trastorno mental?
• ¿Es posible hacer prevención, promoción de la salud mental?
Es evidente que Enfermería tenemos mucho que aportar para el desarrollo de una buena salud mental de las personas y comunidades, pero parece que dedicamos poco tiempo a estas actividades, centrando nuestra atención de manera prioritaria en el tratamiento de la psicopatología.
El por qué de esta menor implicación no radica en la falta de competencia profesional, ni en las directrices de organismos internacionales como la OMS o la organización profesional (CIE), que contemplan de manera prioritaria la prevención de la salud mental, la lucha contra el estigma y la implicación específica de los profesionales enfermeros.
El cambio de la antigua titulación de “enfermeras psiquiátricas” por el actual de “enfermeras de salud mental”, propone a partir de un marco conceptual enfermero, que el cuidado, el mantenimiento y la promoción de la salud tendrían que ser más importantes que el tratamiento del trastorno.
Esto conlleva que la Enfermería de salud mental, deberíamos llevar a cabo acciones que estén relacionadas con estos supuestos, a la vez que generar perfiles ocupacionales diversos que traspasasen los ámbitos tradicionales de la acción profesional, so pena de quedarnos anclado/as en el pasado y no saber dar respuestas eficaces a las necesidades que tienen los ciudadanos.
¿Cual es la razón de que esto no sea así?
El Consejo Internacional de Enfermería (CIE, 2001) al igual que la Conferencia Ministerial de la OMS para salud mental (Helsinki, 2005) junto con la “Declaración Europea de Salud Mental presentan un “Plan de Acción en Salud Mental para Europa” que justifica y orienta las intervenciones de los profesionales, entre ellos la Enfermería, priorizando los aspectos preventivos y la lucha contra el estigma, y de las que me permito destacar algunas acciones por su relación con las preguntas que planteaba al principio:
• Diseñar sistemas de salud mental integrales, integrados y eficientes que cubran todas las áreas de atención a la salud mental. Desarrollar los servicios comunitarios sustituyendo a la atención institucionalizada.
• Desarrollar estrategias de promoción de la salud mental. Prevenir los problemas de salud mental. Asesoramiento en salud mental a los profesionales de Atención Primaria. -Proveer cuidados de S.M. en otros servicios primarios, tanto comunitarios como en hospitales generales.
• Rechazar los estigmas, la discriminación y la desigualdad de las personas con problemas de salud mental y sus familias.
A pesar de que la atención a la Salud Mental en nuestro país, se basa en tres pilares fundamentales (unidades de agudos en hospitales generales y psiquiátricos, centros de salud mental y unidades de rehabilitación), el ámbito comunitario es seguramente el que necesita de mayor implicación, ya que es allí donde es posible establecer un mejor vínculo que asegure la continuidad del tratamiento, desarrollar estrategias de rehabilitación, enseñar habilidades psicosociales que faciliten vivir de la manera más autónoma y plena posible, dar apoyo a las familias y asesorar a la Enfermería de la atención primaria, de manera que se pueda dar una atención integral a los pacientes mentales, reduciendo el estigma; a la vez que fomentar la prevención y la promoción de la salud mental, a través de distintos programas (salud mental en las escuelas, soporte a los jóvenes en salud mental y adicciones, etc.).
A pesar de ello el ámbito mayoritario de actuación y definición profesional, suele ser el hospital, dado que es el que tiene mayor demostración de cargas de trabajo, debido a los tratamientos médicos que derivan intervenciones imprescindibles de enfermería.
El estigma del trastorno mental, no sólo no se ha reducido, sino que es un problema que va en aumento. Un reciente estudio de la Comunidad Autónoma de Madrid, evidencia que los estereotipos más frecuentes son la peligrosidad y relación con actos violentos, la responsabilidad, incompetencia e incapacidad para tareas básicas de la vida diaria y las numerosas experiencias que las personas con trastorno mental grave tienen de rechazo, especialmente en el ámbito laboral, con los amigos y la familia (el 44% informa de experiencias de discriminación en el área laboral, el 43% en las relaciones con los amigos y el 32% con los vecinos).
El rechazo social es, según ellos, la razón que les lleva a incrementar el aislamiento y la desesperanza.
Como todos sabemos, las personas que sufren trastornos mentales graves se enfrentan a un doble desafío: luchar contra los síntomas y contra las incapacidades resultantes del propio trastorno y con los estereotipos y prejuicios generados por concepciones erróneas sobre los mismos (Corrigan y Watson 2002). Muchos de estos estereotipos son posibles de erradicar desde la contribución profesional, a través de la información, la educación y el aumento de las estrategias de afrontamiento para hacer frente a las situaciones de la vida diaria, y otras muchas actividades de las que Enfermería de salud mental somos conocedoras, es decir para las que poseemos las competencias necesarias (conocimientos, habilidades y actitudes).
Dadas las consecuencias que tiene para las personas con trastornos mentales y para sus familias, debería ser el ámbito comunitario el lugar prioritario de intervención, ya que es en el donde es posible realizar estas contribuciones, pero evidentemente para ello se precisa tiempo, reconocimiento de la competencia y suficiente dotación de profesionales, otro punto que tiene en cuenta el Informe sobre Salud Mental: Establecer la necesidad de profesionales competentes en las áreas de atención. Aumentar el número y la competencia de profesionales dedicados a salud mental. A pesar de no contar con un estudio riguroso sobre la necesidad de enfermeras en salud mental, contamos con algunas evidencias sobre la carencia de profesionales, que podrían explicar en parte, el por qué de una menor dedicación a las actividades señaladas.
El estudio realizado por el Colegio de enfermeras de Barcelona, aporta datos similares a otros realizados en el estado español y subraya que en quince años faltarán 6000 enfermeras, ocupando en la actualidad el ranking más bajo de los países europeos (5,4 enfermeras por 1000 habitantes en Catalunya y 5,6 en España), cuando debería haber un mínimo de 8,25 enfermeras para llegar a la ratio de los estándares europeos.
Y me despido con un video musical de Kings of Convenience, todo un lujo de grupo musical para oídos sensibles, humilde y fantástico concierto en Reykjavik 2009, ya me hubiera gustado estar ahí.
http://www.youtube.com/watch?v=qrnc2mNHrAU