Revista Cultura y Ocio
-Batiburrillo en busca de clientes.-
Género. Narrativa Fantástica.
Lo que nos cuenta. En el año 2059, Paige Mahoney se busca la vida en el hampa paranormal londinense que, por sus habilidades, está fuera de la ley bajo las férreas reglas del gobierno represivo que está extendido por buena parte del mundo y que únicamente permite ese tipo de habilidades a su propio servicio de seguridad y control de la ciudadanía. Tras un encuentro con las fuerzas del orden, terminará siendo atrapada y descubrirá que hay algo mucho más horrible y siniestro detrás del gobierno de Scion. Primer volumen de la saga La era de huesos.
Mi opinión. Novela que seguramente impresionará a los menos duchos o con menos libros a la espalda que otros pero que es un híbrido de muchísimas cosas ya vistas, con una forma de narrar algo elaborada pero torpe en realidad por más que trate de apoyarse en la gran cantidad de conceptos que crea para apuntalar el trasfondo y la trama (bueno, en realidad no los crea, sino que les pone nuevos nombres a cosas, insisto, ya vistas), con ritmo lleno de acelerones y frenazos bruscos mientras los rumbos de la narración van y vienen con un sentido discutible, una protagonista excesiva en capacidades y rendimientos (que, aviso, podrá producir sensaciones encontradas como le pasó a Kvothe), secundarios de cartón piedra en general y sombras tenues al sol de Paige, con bastante sobrepeso y tendencia a recurrir a la sensiblería en lugar de a la sensibilidad pero, con todo, lograda al menos en que el lector quiera saber más sobre lo que está pasando (mientras también desea llegar al final de una vez).
Destacado. Que la mayoría de las frases promocionales que acompañan al libro son escandalosamente inexactas.
Potenciales Evocados. Se mete en la coctelera un poquito de “Scanners” en versión YA distópica, otro poquito de “1984” pero teñido de cierta inocencia, a los Psychlo pero maquillados y con más glamur frío, todo con un buen chorro de una mezcla conceptual de “Los juegos del hambre” y “Correr o morir”, se bate bien con algo más de cuidado en las formas que los productos habituales de ese tipo y… ¡tachán!