Un interesante video para el domingo sobre cómo la especie humana está en peligro de extinción por el uso de productos químicos tóxicos de manera cotidiana. La cantidad y calidad del semen de los hombres ha bajado mucho. La producción de espermatozoides en el ser humano ha sufrido una caída de un 50% en los últimos 50 años, además ha habido un aumento dramático en el número de casos de cáncer de testículo y de esterilidad.
También en el número de malformaciones congénitas en los órganos reproductivos masculinos, como por ejemplo la criptorquidia. La vida salvaje también parece estar bajo amenaza: se ha observado una feminización de la población de peces o ranas, malformaciones sexuales en lagartos o aves. Todo apunta a componentes químicos como PCBs, DDT, éteres de glicol, los ftalatos, pesticidas, etc. Se les conoce como “disruptores endocrinos” y son capaces de alterar el sistema hormonal y ocasionar diferentes daños sobre la salud. Se habla de una nueva enfermedad, el Síndrome de Disgenesia Testicular.
Tener certezas plenas en ciencia es algo muy difícil, por no decir prácticamente incompatible con la manera de construir los discursos científicos siempre llenos de matices, incluso cuando se está ante las mayores evidencias. El número de investigaciones que han de realizarse muchas veces para estar completamente seguros de algo puede llegar a ser muy considerable. Muchos investigadores no cejan hasta que no acumulan una carga de prueba que sea realmente irrebatible. Buena parte de ellos ya están suficientemente convencidos: que la contaminación química es una de las causas principales, si no la principal, de lo que está sucediendo con la reproducción humana en los países industrializados. Si todos estos científicos que aparecen en el documental llevan razón, y me temo que la llevan, tenemos que replantearnos nuestro estilo de vida, apostar por un modelo ecológico integral. La crisis además es una buena oportunidad para hacer el cambio; un modelo económico está agotado y no sirve y un estilo de vida que lo acompaña también. Sólo hay que pensar en que si continúa perdiendo calidad el semen de los hombres es la propia especie la que está en peligro de extinción por su poca capacidad de reproducción.