A lo largo de mi carrera profesional me han dado la oportunidad de desarrollar mi gusto por la docencia en tres ocasiones, y he de reconocer que es algo que me encanta y de lo que me encantaría poder vivir algún día (si acaso tuviera dotes para ello, cosa que está por ver).
Cuando trabajaba en Nokia tuve la oportunidad de participar en una clase del EOI, e impartí un par de asignaturas de un master en la K-School, una escuela para los profesionales de Internet. Recientemente me llamó un conocido para dar una clase de una asignatura que impartía en el Instituto de Empresa, en un grupo de un máster internacional.
Y aunque siempre cometo el mismo "error", siempre acabo contento con cada una de las experiencias docentes que he tenido. Mi principal error es que preparo las clases a conciencia, buscando que sean frescas y diferentes, pero obviamente tratando el contenido de la forma más amena posible. Lo cierto es que para poder cumplir con mis estándares, acabo durmiendo 4 o 5 horas la semana previa a la clase en cuestión, pero eso no es sólo culpa de querer hacer las cosas bien, sino de mi desorganización mental que -en ocasiones- me lleva a dejarlo para última hora
Sea como fuere, reconozco que siento una especie de liberación de adrenalina cada vez que me pongo delante de gente a "hablarles de mi libro" así que aunque mi trabajo actual apenas me concede tiempo para poder desarrollar ese lado docente, prometo seguir intentándolo durante el año 2015 (y sucesivos)