Estoy muy cabreada, pero voy a relatar los hechos lo más fríamente posible. Para que luego no digan.
He comprado un libro electrónico. 'Vosotros no sabéis', de Andrea Camilleri. De mi afición por la mafia no sé si os he hablado nunca, pero si no lo he hecho, aquí está. Me encanta el tema. Del pedestal en el que tengo al nonagenario Camilleri creo que sí habéis sido testigos. Como, pese a rozar el siglo, este escritor siciliano es de lo más prolífico y como en España creo que lo leo yo y otros cuatro, es normal que me pierda obras suyas. Entre que escribe varias al año y entre que aquí se le hace poco caso, se me pasan. Y una de las que se me pasó fue esta, 'Vosotros no sabéis', dedicada a la mafia, hecho de importancia estelar para servidora que ha ocasionado la tragedia de la que os hablo.
Tras descubrir el libro, me he dispuesto a comprarlo. Y me he dicho, lo compro en digital, venga. Así aprovecho para leerlo en estos -escasos- días de asueto que me quedan. Lo que yo no sabía es que iba a salir de la experiencia cabreada, sin libro y con siete euros menos. Oiga.
Sin libro, sí. Sin libro porque la lectura en línea no va conmigo. Porque tengo un 'chisme para leer' de los primeros que salieron que no se conecta a internet (ni falta que le hace, por otro lado). Porque no tengo archivo que pasar a su memoria. Porque lo que he comprado es el 'derecho' a leer un archivo que, en realidad, no es mío porque no puedo disponer de él como quisiera. Derecho que me ha costado siete euros, los mismos que me hubiera valido comprar el libro en papel y, entonces sí, poder dejárselo a quien me viniera en gana, cosa poco probable en este caso, CONSTE, porque los rollos de la mafia siciliana no es una materia muy comentada en mi círculo más cercano.
Sé que la piratería es muy mala, que ha hecho pupa y que los autores -y demás fauna del proceso editorial- se lamen las heridas con cara de mucha pena, mucho dolor y mucha autocompasión. Lo sé. PERO YO QUIERO EL LIBRO POR EL QUE HE PAGADO SIETE EUROS.
Sé que este método de 'vender' libros pretende evitar que alguien lo compre, y luego lo cuelgue en la red para que se lo descargue quien quiera. Lo sé. PERO YO QUIERO EL LIBRO POR EL QUE HE PAGADO SIETE EUROS.
A ver si me explico. Que me parece muy bien todo y yo soy de lo más comprensiva. Pero si me cobras SIETE EUROS, que es lo que valen muchos libros en papel, con sus hojas, su tinta, y sus árboles muertos por el camino, al menos dame el derecho a hacer lo que quiera con el archivo. No me obligues a leerlo dónde y cómo a ti te dé la real gana. PORQUE AQUÍ LA QUE HA PAGADO HE SIDO YO.
Y si no, en vez de reencarnarte, tú, sí, miembro del star system editorial español, en un bandolero de Sierra Morena, con trabuco, navaja y patillas, en vez, digo, de cobrar SIETE EUROS por un libro electrónico (que no gasta materias primas), cóbrame uno o dos. Tres, como mucho. Porque, repito, no me estás vendiendo el libro, sino el DERECHO a leerlo mediante un sistema IMPUESTO por ti para el que me he tenido que descargar un programa de Adobe, con el que tendrás tus acuerdos que os beneficiarán a ambos.
Cabreada, no. Lo siguiente. Una y no más.
Edito: en el móvil -que era mi última opción- no puedo leerlo. O sí, pero mal. Entrando en la página de turno, poniendo las claves, esperando que la conexión no falle y aguantando un tipo de letra y un formato incómodos e inútiles. Estupendo todo. :(
Queda claro, ¿no?