Revista Cultura y Ocio
Quizá le han recortado la pensión. Probablemente tendrá que pagar más por sus medicamentos de enferma crónica. Lo mismo es una viuda que está a punto de ser desahuciada del piso en el que vive desde hace más de cincuenta años. O quizá no, simplemente tenga unas preferentes mal colocadas en Bankia que ahora no puede retirar. ¿Le habrán cerrado el polideportivo donde hacía rehabilitación o habrá tenido que prescindir del profesional que iba a su casa un par de horas diarias para asistirla de esas hernias que le impiden dormir?
Está claro que aprovechó la manifestación para ir a la compra. El silbato que lleva al cuello es un arma peligrosa que tomó al salir de casa, no se lleva por casualidad: había ánimo de alborotar.
Quizá llamó cabrones a esos tipos de azul que aporrean a la gente sin piedad, o tal vez le silbó al oído al gañán de casco. ¿Sería una patada de Kung -Fu en plena visera?
El antidisturbios (sin placa que lo identifique) la sujeta impertérrito. Probablemente piensa a ver si esta vieja bruja se cansa ya de resistirse y puedo llevarla al furgón con discreción, que tengo un fotógrafo detrás.
En cualquier caso, no parece que la esté ayudando a cruzar la calle, aunque probablemente eso sea lo que le diga a sus hijos (si los tiene) cuando le pregunten por la foto que una mano anónima habrá colgado en el portal de casa, junto a los buzones. ¿Papá, ese eres tú? ¿Por qué agarrabas a esa señora? ¿Estaba robando en el supermercado?
Me gustaría saber qué explicación da el amantisimo padre.
También me gustaría saber qué les dicen los mandos en los cuarteles a estos bolos gigantes acorazados. ¿Les hablarán de la peligrosidad de las viejas ensilbatadas? ¿Les pondrán vídeos de la Solución Final, de la eugenesia nazi, de la perversión del alborotador comunista?
Me gustaría saber de qué hablan con sus amigos estos tipos cuando están fuera de servicio, qué les dicen a sus esposas e hijos cuando se van por la mañana a trabajar...
Y qué les responderán sus parejas: Hoy no pegues muy fuerte, cariño, pero sé muy cuidadoso, sobre todo con las ancianas, que hay muchas que son verdaderas arpías...
Probablemente más de una amante esposa, cuando el incomprendido defensor de la ley llegue a su casa y le cuente las hazañas del día, le responda: ¡Qué se jodan!, porque de todo se aprende y todo se pega, especialmente lo que hacen nuestros ídolos en la televisión o en la cámara de diputados.
(La foto pertenece aha sido tomada de El País)