Los grandes cracks pertenecen a una raza de jugadores distintos. Rompen el molde y aunque suelan valerse de grandes actuaciones, a veces las mismas no le hacen falta para ser determinantes.
Lo expresado, sirve para contextualizar lo ocurrido este domingo con Giovanni Moreno, de trascendentales apariciones en la forzada victoria de Racing ante Argentinos Juniors (2-1).
Con su equipo en desventaja –producto del tanto de Franco Niell- al elegante mediapunta colombiano le bastaron 15 minutos para torcer el rumbo del encuentro.
Sobre los 14, desempolvó el manual de los tiros libres y la colgó del ángulo izquierdo de Navarro. Con precisión quirúrgica y elegancia suprema. Y ya sobre los 28, se valió de un pase sin tocarla de Bieler –se abrió de piernas- para definir con maestría, ajustando su remate junto al poste derecho.
Apresurado, Miguel A. Russo lo reemplazó a los 35. La parcialidad se eyectó de los asientos y lo ovacionó de pie, acompañando la salida del colombiano con un atronador “Giooooo, Giooooo… ole, ole ole, ole…”.
Sus dos goles lo habían elevado a la categoría de Man of the Match. Aun a sabiendas que con anterioridad no había hecho demasiado y entiéndase el concepto, por ganarse tal distinción.
Lo del nacido en Antioquia, hasta el momento son solo destellos. Aquellos que lo vieron jugar en Atlético Nacional dicen que aun no se ha visto nada, que Gio es capaz de esto y de mucho más. Que con ritmo y continuidad, puede ganarse aun más adeptos.
Lo visto, no obstante, alcanza para incluir al colombiano en la lista de aquellos futbolistas que con el balón en los pies, aun pecando de individualistas, lo saben absolutamente todo.
Racing lo disfruta y el fútbol argentino también. Bienvenidos sean los jugadores capaces de hacer pesar su gambeta en un fútbol tan castigado por la mediocridad y la falta de talento.
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