Revista Belleza

La estética de la fealdad

Por Remediando @remediando
El canon de belleza ha cambiado. El gusto por lo bello se ha trastocado. La estética de fealdad y el feísmo han salido de los museos, el cine y la televisión para conquistar el gusto popular. Costumbres y formas que antes no eran correctas ni recomendables, ahora están envueltas de glamur.
Pero ¿por que reivindicamos lo feo? Sociólogos de todo el mundo se preguntan lo mismo. Con el desarrollo de las nuevas tecnologías se han dado a conocer otros gustos, otras estéticas, otras culturas. Estéticas mas "kitsch" (es decir, del que quiere ser refinado y solo consigue ser hortera), barrocas y contestatarias. La belleza clásica y la estética de la fealdad, están reñidas en el vestuario y en las costumbres.
Cambia el canon de belleza
Son malos tiempos para la belleza, se reconquista lo feo en tres etapas. Una comienza en el Romanticismo, en el siglo XIX, en que se empieza a cuestionar el canon clásico heredado de los griegos. Se expande con las vanguardias europeas hasta la Segunda Guerra Mundial. Una segunda etapa, a finales del siglo XIX, la segunda era industrial, empieza a marcar nuevas pautas estéticas. Y una tercera, descrita por el "todo es subjetivo, todo es posible"
En esta tercera, la belleza de alguien ya no solo se valora por su físico, sino también por su atuendo. Se hace visible la pertenencia a un determinado grupo social, cultural, político o económico: grunge, cool, gótico, modern gentleman, pijo, tecno, yuppie, progre, neo progre, punk, hard, barroco, jetset, hippie, ecologista, new age, new wawe, rocker...
La conquista de la fealdad ha sido imparable desde los años setenta. Hoy vivimos un momento de exploraciones artísticas que van desde los "piercings" y tatuajes (que antes estaban mal vistos y que ahora están masificados y los lucen artistas, futbolistas o trabajadores por la calle), a museos donde se exhiben maniquíes ahorcados o calaveras forradas de diamantes.

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