En su obra Crítica de la razón pura pretende Kant ofrecer una fundamentación idealista del conocimiento científico. La ciencia físico-matemática está basada en una serie de juicios sintéticos a priori: el conocimiento de un objeto es una síntesis a priori, previa a una experiencia siempre a posteriori, entre intuiciones y conceptos (entre lo sensible y lo inteligible, conceptos como causa o efecto, etc.).
La Estética Trascendental es el estudio de una facultad del Sujeto humano denominada “sensibilidad” (se trata de la experiencia sensible, de la intuición de sensaciones). Pregunta Kant: ¿qué es lo a priori del lado o el aspecto sensible del conocimiento? ¿qué es lo a priori de la percepción de los fenómenos? A esto responde: el Espacio y el Tiempo.
Estética Trascendental
Espacio y tiempo son, pues, las formas a priori (las intuiciones puras, previas a la presencia sensible de datos o sensaciones), es lo a priori de la facultad del Sujeto cognoscente llamada sensibilidad. Pero, ¿qué son aquí espacio y tiempo? Son principalmente dos cosas:
1. Un marco vacío e infinito (forma) dentro de la cual se ordenan los fenómenos según coordenadas espaciales y temporales.
2. Un marco que permite la cuantificación matemática de los fenómenos, de lo intuido sensiblemente: gracias a ellos son medidos según el espacio de la geometría y el tiempo de la aritmética (espacio y tiempo son, por lo tanto, la base del conocimiento matemático de los objetos).
En resumen: la Estética Trascendental pone de relieve lo que Kant considera las dos formas a priori de la sensibilidad del Sujeto humano, dos formas puras (marcos vacíos espacial y temporal) que intervienen en la producción de los objetos del conocimiento físico-matemático que culminó con los hallazgos de Newton.