Iba a titular este post “Cosas de chicas” pero, en honor a los “chicos” que se han subido al carro de la depilación, las limpiezas de cutis y la pedicura, ya es hora de quitarle el género ( pobrecillos, no saben lo que hacen), así que el refrán “Para presumir,hay que sufrir” ahora, ya, es para todos.
Mi última experiencia ha sido traumática y variada. Estrenaba nuevo “Centro Estético” de esos tan blancos y bonitos , recomendado por una experta. Nada más llegar, me ofrecieron un café y me sentaron en un mullido sillón. Iba a empezar la operación :
manicura-pedicura-spa. Abrí mi libro y me dispuse a disfrutar de las maravillas de las burbujitas y las cremas exfoliantes. Pero, en eso, que la amable chica
esteticien inicia una conversación : prudente y discreta pero, ya, interactuando. Tras cerrar el libro un par de veces, sin haber pasado de la primera página , para responder
amablemente a sus preguntas, me encuentro inmersa en la historia (dramática) de su vida. Mientras mis manos y mis pies iban quedando preciosos tras la restauración, me desgranaba una serie de acontecimientos propios de una telenovela hasta que , llega al final y me dice que ahora es feliz porque “la ha tocado la mano de Dios”. Evangelista convencida, me intentaba vender las bondades de la Biblia y su veracidad…. Evangelizando mientras me hacía la manicura, vamos. Mi error fue poner en duda alguna de sus afirmaciones ( la fe es lo que tiene), mientras ella me hacía la rayita blanca de la manicura francesa… Cuando ya me estaba empezando a hartar de tanta Espiritualidad, me viene a buscar la segunda
esteticien. ¡ La depilación y el masaje de drenaje linfático, me salvaron de la evangelización! pero debo decir que llevo unas manos y unos pies , fantásticos.
La esteticien que se va a ocupar de mí en esta segunda fase , es grande y contundente. Muy guapa pero muy fuerte, también. Va perfectamente arreglada y me mira con ojo crítico. Es como “House” pero en esteticien. También habla (yo creo que para distraerte) y no puedo evitar reir pero también compadecerme del marido e hijo de la señora en cuestión . El masaje , genial y el resto, rápida como un rayo. Me ha dado un vapuleo de tal calibre que cuando me siento en la moto para volver a casa, siento todos los músculos de mi cuerpo quejándose. Dicen : ¡Socorro! ¿Qué nos has hecho, desgraciada?.
La persona que me recomendó el Centro, me llama y me pregunta qué tal. Siendo objetivos, el trabajo de reset ha sido de un gran nivel y de calidad. Decido que volveré pero que me llevaré el iPod .
Ni la mano divina, ni la House depilatoria van a poder con mi lista de reproducción.
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