Revista Religión
Mejores son dos que uno… Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero. – Eclesiastés 4:9-10.(Jesús dijo:) Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. – Mateo 18:20.Al escalar las difíciles cuestas de la montaña, un amigo me dijo: «Subo porque vamos juntos; solo jamás lo haría». Es reconfortante caminar con otras personas e ir animándose mutuamente.
Así ocurre en el ámbito espiritual. Dios no sólo desea salvar a los hombres, sino que también quiere reunirlos en torno a Cristo y darles un mismo centro, un mismo camino, un mismo sentir y un mismo objetivo. Cristo murió “para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos” (Juan 11:52).No es bueno que los creyentes vivan de forma independiente, por lo que son invitados a reunirse en torno a Cristo. Esta congregación es fuente de energía, de ánimo y de progreso para cada uno. No se trata de saber quién es el mejor, o de intentar lucirse, sino de ser llenos del amor del Padre y de amar al igual que él a cada uno de sus hijos, manteniendo esos vínculos de amor que unen a la familia de Dios. Para ello es necesario que cada uno permanezca en el lugar que le pertenece, que cumpla con el servicio que le ha sido encomendado, dejándose conducir por el Espíritu, sin lo cual incluso las mejores intenciones se quedan en nada. Entonces seremos felices orando los unos por los otros y alabando juntos a nuestro Salvador y Señor. “Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos” (Hebreos 10:24-25).Fuente: Amen, Amen