Revista Sociedad
La tradición asturiana del Campanu se renueva anualmente con el pistoletazo que supone el inicio de cada temporada. El primer salmón capturado en aguas del Principado será subastado y entregado al mejor postor, quien utilizará promocionalmente la inversión que supuso un desembolso cercano a los 10.000 Euros...
Por la noticia de su adquisición, el restaurante -suele serlo, las más de las veces- estará en boca de todos los medios, concederá entrevistas, y colgará un "¡Tenemos el Campanu!" que constituirá tal reclamo, que durante meses llenará sus salones de comensales deseosos de probar la rosada carne del madrugador trofeo.
Todo el mundo sabe, obviamente, que el Campanu no da para tanto... En realidad nadie cuenta con la posibilidad de degustarlo realmente, aunque todos alimentan la ilusión de tomar salmón, cualquier otro salmón, en el mitificado lugar que lo adquírió.
Pero al queso... que se vé tan claramente que es queso...¡¡¿¿Que le digan fromage, tú??!!(Chiste Popular)
Esta exitosa estrategia promocional "del Campanu" se viene utilizando también en otras latitudes y con otros artículos, las más de las veces gastronómicos, como en el caso del Concurso de los quesos de Pastor de Ordizia (País Vasco) que ocupa la imagen superior y también nos ocupa, por haberse celebrado a lo largo de esta semana. Sirva para ilustrar que también nos la pueden dar con queso...
El Idiazabal de la foto fue el favorito. En posterior subasta el restaurante Porrue, de Bilbao, llegó a pagar 7.300 Euros por la mitad de este queso, habiendose sacrificado la otra mitad en su necesaria degustación por parte de un nutrido jurado, nunca mejor dicho, que presidía Juan Mari Arzak.