Pasó aquí, hace un par de meses, en Buenos Aires y pasó este miércoles, allí en Lisboa. La selección española, actual campeona del Mundo, fue goleada y hasta ridiculizada por Portugal, a la que había eliminado sin inconvenientes en la placida noche del 29 de julio pasado, en Ciudad del Cabo y por los octavos de final del Mundial que con justicia conquisto.
Como ante Argentina, a España le faltó intensidad. Gozó de la iniciativa y dispuso del balón, pero se mostró excesivamente lento y poco creativo en los últimos metros.
Portugal mantuvo el orden, presionó en todos los sectores del campo y contó con la fortuna de golpear en el momento oportuno, justo antes del final de la primera parte. Ronaldo, de fulgurantes apariciones, remató de afuera, Casillas dio rebote y Martins no perdonó.
El gol, terminó premiando a una selección lusa a la que minutos antes, le habían anulado injustamente un gol de Nani –el arbitro Anthony Gautier no convalidó el tanto por un supuesto fuera de juego del futbolista de United, quien además empujo el balón a la red cuando este ya había traspasado la línea al ser impulsado por Ronaldo-.
La innumerable cantidad de modificaciones, dieron paso a un segundo tiempo en el que España exhibió todas sus carencias, arriesgando casi innecesariamente y exponiéndose permanentemente a los contragolpes rivales. Letales y certeros.
Moutinho asistió a Postiga a los cuatro minutos y el delantero anotó el segundo. La receta se repitió y el mismo Postiga marcó el tercero poco antes de la media hora.
España no encontró soluciones. Del Bosque, casi en un intento desesperado introdujo más cambios, sin embargo su equipo no le respondió. Hugo Almeida, reemplazante de Postiga, cerró la goleada en el último minuto y para España todo se acabó allí.
Los “Ooole” retumbaron como nunca antes y la campeona del Mundo cerró su extraordinario 2010 de la manera menos pensada. Humillada por Portugal, país con el que pugna por conseguir el “Si” de la FIFA para organizar de manera conjunta el Mundial 2018. Paradojas del destino.
Visitar Wembley, para Francia fue mucho más placentero. El cuadro de Laurent Blanc jugó a un nivel altísimo y con goles de Karim Benzema y Mathieu Valbuena, venció 2-1 a la decepcionante Inglaterra.
Todo funcionó sincronizadamente en el once “Blue”. Nasri y Gorcuff y M’Vila, inexperto pero interesante, ejercieron dominio y con ellos en control del balón, Francia rozó limites insospechados de posesión.
Valbuena y Maoluda, recostados por las bandas y fielmente secundados por Sagna y Abidal, le dieron sentido colectivo al dominio y Francia acumuló opciones hasta llegar al gol. Convirtió Benzema a los 16, tras combinar muy bien con Malouda y Francia pudo plasmar en la red todo lo que construyó.
Capello, quien a falta de muchos de sus referentes (Ferry, A. Cole, Lampard y Rooney…) había puesto en cancha un once bastante novedoso –incluyó a futbolistas jóvenes y de escaso rodaje internacional como Gibbs, Henderson y Carroll- cambió piezas tras el descanso y en busca de mas juego externo, introdujo a Young y Johnson.
No cambiaron demasiado las cosas para el local, que incluso paso a estar peor tras el tanto de Valbuena, quien entrando al área conectó el centro atrás de Sagna.
Con Francia un tanto más conforme y replegada, Peter Crouch –ingresó por un Gerrard de floja producción- descontó sobre el final. De nada sirvió y para Inglaterra fue imposible maquillar su tristísima imagen.
El proyecto encabezado por Blanc avanza a pasos agigantados. El de Capello sigue sin despuntar. Para el entrenador italiano, el margen es cada vez menor.
Fecha FIFA / Otros resultados importantes:
Rusia 0 – Bélgica 2 / Holanda 1 – Turquía 0 / Rumania 1 – Italia 1 / Chile 2 – Uruguay 0.
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