Revista Opinión

La eterna incompetencia

Publicado el 02 octubre 2014 por Jamedina @medinaloera

Meritocracia. De P. Cargos Públicos en Facebook.

Entre los grandes males de la administración pública, además de la corrupción, destaca la incompetencia. Encontrar una oficina realmente eficiente es muy difícil en nuestros días por la sencilla razón de que no llegan a los cargos públicos los funcionarios más aptos, sino aquellos que gozan de la amistad o el compromiso político del gobernante en turno.

Esto no siempre fue así. A lo largo de la historia hay excelentes ejemplos de gobernantes que hicieron honor a su nombre al rodearse de los mejores colaboradores de su tiempo, al margen de la amistad personal o del compromiso político. Uno de ellos fue Pericles, en la cuna misma de la civilización occidental, quien al ser electo para gobernar Atenas, hizo de ella la ciudad más importante del mundo antiguo, gracias sobre todo a su extraordinario equipo de trabajo.

Pero no sólo hubo ejemplos de ello en Grecia y otros países, sino también en México. Ciertamente, la norma general de selección de colaboradores nunca fue en nuestro medio llamar al servicio público a la gente más competente en las distintas ramas de la administración. Sin embargo, justo es reconocer que no faltaron presidentes y gobernadores preocupados por esta cuestión. Y su labor, claro está, logró trascender en la historia.

La integración de un buen equipo de trabajo no debe ser tan difícil para un gobernante, pero sí requiere, como primerísima condición, una firme voluntad de servir a la gente y no de servirse de ella. Hay casos de gobernantes que, al formar su equipo, saben deshacerse a tiempo de oportunistas y sinvergüenzas. Lástima que esto no sea norma general.

Cuentan que días antes de que Mario Trujillo García protestara como gobernador del Estado de Tabasco para el período 1971-1976, fue a verlo un amigo y paisano suyo quien se sentía seguro de formar parte de su gobierno.

Le dijo:

–No me digas ahorita qué me vas a dar. Déjame con el beneficio de la duda.

Y el licenciado Trujillo le respondió:

–Haré como tú dices. Te dejaré con ese beneficio durante seis años.

Cabe señalar que el licenciado Trujillo García, fallecido en 2007, es honrado hoy con una estatua en la capital de su Estado.

Artículo publicado por La Crónica de Hoy Jalisco en su edición del viernes 26 de septiembre de 2014.


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