Ya hablamos, anteriormente, de la importancia que tenía la adivinación en la antigua Roma y como se desarrollaban este tipo de prácticas. Pocas decisiones de tomaban antes de entrar en contacto con los dioses y, para ello, solían se mucho más valoradas las prácticas “tradicionales” romanas que las extranjeras. Pero existía un pueblo al que los romanos concedían cierta ventaja en su capacidad en las artes mánticas: los etruscos.
La sabiduría de este pueblo para el arte de la adivinación se sostenía sobre una serie de libros que daban lugar a lo que se ha conocido, tradicionalmente, como “disciplina etrusca”. Dichos libros habrían sido entregados por unas entidades divinas, Tantes, Cacu y la ninfa Vegoia; al pueblo etrusco. Según la leyenda la más importante de estas entidades, Tantes, habría surgido del suelo, de un surco abierto por la azada de un labrador. Con aspecto de niño, esta criatura habría hablado a los sorprendidos campesinos mostrando unos conocimientos sobrehumanos y enseñándoles prácticas para conocer la voluntad de los dioses.
La “disciplina etrusca” se sostenía, fundamentalmente, en la observación de los cielos, de los prodigios extraordinarios que tuvieran lugar y en la práctica de la aruspicina (consultar el futuro en el hígado de un animal). Dichas prácticas cuentan con numerosos paralelismos en el Próximo Oriente, por lo que este ha sido uno de los argumentos utilizados por aquellos que defienden un origen oriental del pueblo etrusco (no obstante, hoy esta teoría parece haber perdido fuerza).
Los romanos, pese a que depositaban su fe en sus organismos colegiados, nunca dejaron de tomar elementos de la “disciplina etrusca”, ni de consultar a los adivinos de esta región. El propio Cicerón señalaba en su obra dedicada a la adivinación como el Senado de Roma promulgó un senadoconsulto que obligaba a las familias de la nobleza a enviar a un determinado número de sus hijos a estudiar estas prácticas en Etruria. No hemos de olvidar que los romanos siempre tuvieron presenta esa idea que tan bien reflejó Propercio: “Somos tan poderosos por nuestra religión como por nuestras armas”.Mucho más en... http://selvadelolvido.blogspot.com/