En el último caso, el grupo de investigadores hablan de que en algunos primates, los machos buscan la monogamia para evitar que sus contrincantes en el cortejo maten a su descendencia. El otro grupo concluye que la razón está cuando las hembras viven a grandes distancias unas de otras. Esto resulta contradictorio, “están diciendo cosas opuestas” menciona Anthony Di Fiore, un antropólogo evolucionista de la Universidad de Texas en Austin, “lo cual es interesante, porque ambos grupos usan un método muy muy similar”. También han desacuerdo entre ambos grupos en cuanto a las implicaciones que estas investigaciones pudieran tener al hablar de la fidelidad masculina en el ser humano.
Ambos grupos de trabajo investigaron la evolución de la monogamia social, definiéndola como machos y hembras que viven en parejas. Esto no significa necesariamente que estos animales presenten una “fidelidad” y que no tengan relaciones fuera de la pareja. La monogamia social es habitual entre aves, pero no entre mamíferos. Esto por que la habes del ambos sexos pueden participar en las actividades paternales, como incubar los huevos y alimentar a las crías, pero el macho en los mamíferos no puede ayudar en la gestación o en la lactancia. Durante el largo período en que la hembra está ocupada en este período de crianza, el padre puede ocuparse en tener más descendencia con otras hembras.
Aproximadamente el 9 % de los mamíferos tienen comportamientos monógamos, tal es el caso de los lobos, pero el porcentaje se acentúa en los primates donde un 25 % de ellos viven en parejas. Es por ello que los investigadores se enfocaron en ellos para estudiar los factores evolutivos que pudieron llevarlos a tomar dicha conducta.
Dieter Lukas y Tim Clutton-Brock de la Universidad de Cambridge estudiaron la información de más de 2,500 especies, utilizando los reportes de otros investigadores, clasificando las especies en monógamas o no, y también diferenciaron las especies que practican el infanticidio y donde las hembras viven en territorios distantes. Con esta información los investigadores reconstruyeron una historia evolutiva de la monogamia en mamíferos. Publicando sus conclusiones el 2 de Agosto en Science, concluyendo que en su estudio, la monogamia se veía más frecuentemente en aquellas especies donde las hembras vivían más separadas unas de las otras, lo que dificulta al macho tener múltiples parejas, por lo que se mantiene con una pareja, evitando a otros machos, garantizándose mayor descendencia.
Por su parte el grupo liderado por Kit Opie de la University College London, realizaron un estudio similar, enfocándose a 230 especies de primates y publicando sus estudios tan solo 3 días antes en el Proceedings of the National Academy of Sciences, encontrando que la monogamia mamífera está altamente relacionada con el comportamiento infanticida. En algunas especies, como los gorilas, los machos matan a las crías de otros, lo que fuerza a las hembras a entrar en periodos de celo más rápido, por lo que los machos que se mantienen cerca de sus parejas y descendencia tienen la oportunidad de defenderlos de posibles ataques.
Como ya mencionaba, ambos grupos también tienen visiones diferentes en cuanto a las implicaciones que sus estudios pueden tener en el análisis de la monogamia en el ser humano. Para Opie y su equipo, el hombre vive en relaciones monógamas, porque también está envuelto en el hecho del infanticidio, de hecho el ser humano estuvo incluido en su estudio. Por su parte el grupo de Lukas, concluye que en realidad el ser humano tiene una razón distinta, en primer lugar no puede ser tomado en cuenta dentro de las conclusiones de su propio estudio ya que los seres humanos desde hace mucho tiempo siempre han vivido en grupos sociales, lo que anula la posibilidad de la distancia como causa de la monogamia, por otra parte señala que en algunas sociedades tradicionales, un hombre puede tener varias mujeres.
En realidad aún falta mucho por analizar, ninguno de los dos grupos y otros que estudian la monogamia han podido dar por concluidas sus investigaciones y con ello llegar a establecer un por qué algunas especies de primates y de mamíferos en general tienden a vivir en pareja. Sin duda alguna, estos estudios pueden resultar interesantes y concluyentes para comprender no solo el comportamiento de los animales en general, sino del propio ser humano.
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