Revista Diario

La exigencia hacia las madres

Por Myriam Cabanillas
Que no somos Superwoman, ya lo sabemos.
Que en esta vida no hay nadie perfecto, también lo sabemos.
Que hay días malos, no es ningún secreto.
Sabemos que la paciencia tiene un limite.
Y que los niños notan como estamos y se "contagian" o los "contagiamos".
A esta alturas, sabemos que nuestro peques para ayudarnos ,y de manera inconsciente, tiran, tiran y tiran de la cuerda....
Pero con saber todo esto no vale, con que yo cada día al levantarme decida cambiar no es suficiente, con que hable y cuente como estoy, como vivo y que hago hasta la saciedad....no sirve para evitar días como los de ayer.
Estoy pasando desde hace tiempo , por un cambio personal y profundo.
Vivo tiempos de cambio y desarrollo personal.
Mi vida externa cambia.
Ayer mis hijos se levantaron a las 04:50 de la mañana: el mayor con un ataque de asma, la pequeña con fiebre.
* las 05: 00 estaba en la ducha.
A las 06:00 arreglada y desayunada.
A las 07: la casa recogida.
A las 08:00 todos vestidos, mochilas preparadas, medicinas tomadas, charla positiva del día realizada, besos y abrazos dados.
A las 09:00 se quedan en el cole y yo me voy andando hasta un centro comercial y me lo pate enterito comprando lo necesario para el festival de primavera.
A las 12:00 estoy en la puerta del cole de la peque esperando a recogerla. De ahí a por el mayor.
A la 13:00 todos sentados en la mesa comiendo.
A las 14:00 cocina y salón recogidos, dientes lavaditos y camino del colegio.
A las 14:45 vuelvo del cole del mayor con la pequeña a cuestas, la ducho para quitar el kilo y medio de arena que tiene en la cabeza, preparo las meriendas y a por el mayor otra vez.
A las 16:00 estamos en la puerta del cole, meriendan por el camino mientras cargo con mi bolso, las chaquetas, la mochila del mayor y la bolsa de la merienda.
A las 17:00 ya tengo las lentejas de mañana preparadas y la cena de esta noche a medias. Me pongo a planchar.
A las 19:00 ya esta toda la ropa planchada y guardada en su lugar. Ducho al mayor, Termino la cena. preparo el almuerzo de mañana, el tupper del padre y los desayunos de la mañana. Preparo las ropas de los niños.
A las 20:45 el mayor quiere un vaso de leche, no atino con la temperatura y se queja y juguetea con el vaso de manera incesante.
Le aviso de que se puede caer. Se le cae, se mancha entero, el suelo, la pared, la silla , la mesa......
Juro en arameo mientras voy arreglando el estropicio, tengo ganas hasta de llorar.
Cuando al fin termino:
son las 21:00 de la noche, suena la alarma de la medicina de la pequeña.
 Adora tomar jarabes y cuando el hermano toma el suyo y ella no está mala, se enfada por que quiere tomar también...pues hoy decide escupir el Paracetamol sobre el sofá, que para mas Inri, tiene las fundas tendidas....
De nuevo juro en arameo mientras recojo y limpio todo...me voy a la cama a ver algo insustancial en la TV para ver si me calmo, por que ahora mismo no puedo decirles nada bueno...dejo al padre al cargo (ya solo hay que meterlos en la cama).
Estoy agotada física y emocionalmente, quiero llorar....
El padre viene a la habitación a recriminarme como me he puesto, a decirme que mi aptitud los irrita, que lo del niño no habría pasado si hubiese puesto una bandeja, que lo de la niña no habría pasado si la hubiese dado el jarabe en otro lugar...
A las 04:00 de la mañana mi hija se quiere levantar, la retengo conmigo en la cama a base de hablar con ella, no me puedo levantar...diez minutos después quiere agua...otros 15 mas tarde quiere hacer pis. Otros 5 mas tarde me habla sobre un monstruo y me pregunta que si aparece que le hago...otros pocos minutos después....
Son las 05:00 de la mañana, suena mi despertador.
Hoy es otro, día, elijo y decido nuevamente todo tipo de mensajes positivos.
Pero hoy, estoy desgastada y tengo ganas de llorar.

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