Revista Religión
Se complaceel Señor en los que le temen,y en losque esperan en su misericordia.Salmo147:11. Subenignidad te guía al arrepentimiento.Romanos2:4.
Yoescuchaba atentamente a ese predicador que insistía en el arrepentimiento paratener la paz con Dios. «No se engañen –decía él– no pueden permanecer en el maly conocer el amor de Dios». Pero, ¿cómo hacer para arrepentirme? ¿Cómo tener lafuerza para cambiar mi vida, si justamente tengo dudas y en el fondo no confíoen Dios? Siento que estoy dando vueltas: debo arrepentirme para obtener laseguridad de mi fe, pero para arrepentirme, ¡justamente me hace falta la fe! Muyturbado, pregunté al predicador:
–¿Esnecesario arrepentirse primero y creer luego, o al contrario, hacer al revés?–Primero confía en el Señor, créele, y lo demás seguirá, fue la respuesta.
–Pero Jesúsdijo: “Arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15). –Sí, repuso elpredicador, pero no puedes arrepentirte si no tienes confianza en la bondad deDios. No puedes renunciar al mal sin tener esperanza en Su amor. Una vez que tehayas vuelto hacia Dios, gustarás la dulzura de su perdón y tendrás esperanza. Entoncescreerás plenamente en las promesas del Evangelio.
Estaexplicación tocó mi corazón. Fui consciente de la bondad de Dios y supe que lafe era el camino correcto. Entonces avancé humildemente por ese camino,contando con el Señor. Luego él hizo lo demás. Me salvó y me ayudó a abandonarmis malas costumbres y a seguirle con una paz que crece cada vez más.
Fuente: AmenAmen