Un estudio desarrollado por el Instituto Marqués de Barcelona nos sorprende revelando que los fetos oyen desde la 16 semana del embarazo y que los sonidos que escuchan son recibidos como una serie de susurros distorsionados. Este instituto ha dado con la clave para que los fetos escuchen música de forma similar a como lo hacemos nosotros, con la misma intensidad y sin que se produzcan distorsiones, escuchando la música por vía vaginal.
En el vídeo que encabeza el post podéis ver la expresión facial fetal en respuesta a la emisión de música intravaginal, título del trabajo publicado por el Instituto Marqués en la revista científica Ultrasound. Según los resultados obtenidos en la investigación, el feto reacciona ante lo que escucha moviendo la boca y la lengua como si quisiera cantar, evidentemente no, pero es una respuesta al estímulo que está recibiendo que induce a pensar que se trata de una respuesta de movimientos de vocalización.
El trabajo sobre la audición de los fetos es pionero en el mundo y revela información desconocida hasta el momento, como decíamos, a partir de la semana 16 del embarazo los futuros bebés ya escuchan y así se concluye al constatar que reaccionan ante la música emitida por vía vaginal. Los expertos consideran que la música activa los circuitos de los centros cerebrales del habla, el área de Broca y el área de Wernicke, por lo que se podría decir que el aprendizaje del lenguaje se inicia en el útero materno. La investigación demuestra además que la única forma que permite al feto oír música como la oímos nosotros es a través de la vagina, la música emitida por un canal exterior, como por ejemplo el abdomen, no es percivida del mismo modo por el feto.
Estos resultados dejan un poco en evidencia a la cantidad de aparatos que se comercializan en el mercado con el propósito de que los futuros bebés puedan escuchar música, como por ejemplo el cinturón musical para embarazadas Lullabelly, el reproductor de música prenatal Ritmo de Nuvo, etc. Los expertos han desarrollado un dispositivo específico denominado Babypod que facilitará que los futuros bebés puedan escuchar la música con nitidez, podéis conocer su presentación a través del siguiente vídeo.
Los futuros bebés suelen escuchar los sonidos que se producen en el interior del cuerpo materno, la respiración, los latidos del corazón, el movimiento de los intestinos, y por supuesto, también reciben sonidos del exterior pero distorsionados, ya que están muy protegido de los ruidos. Los investigadores explican que al vivir en un ambiente tan insonorizado, los sonidos llegan distorsionados y como si fueran susurros que no superan los 30 decibelios. Para hacernos una idea, la voz de una madre en una conversación tiene unos 60 decibelios, pero al feto sólo le llegan 24 decibelios, por lo que el ambiente sonoro en el interior del útero materno se podría comparar con el ruido de fondo de un bosque.
El estudio tenía como objetivo incrementar la intensidad del sonido que recibía un feto, por ello se creó el Babypod, un dispositivo diseñado específicamente para emitir música a través de la vagina materna. Participaron en la investigación varias mujeres embarazadas de entre 14 y 39 semanas, los expertos monitorizaron a los fetos para comprobar sus reacciones al emitir música a través del abdomen y a través del nuevo dispositivo colocado en la vagina, se utilizó música clásica de Johann Sebastian Bach. En las ecografías previas al experimento se observó que un 45% de los fetos realizaba movimientos espontáneos de cabeza y extremidades, un 30% movimientos de la boca o lengua, y un 10% sacaba la lengua, movimientos habituales en un feto despierto.
Con el nuevo dispositivo, el 87% de los fetos reaccionaron con movimientos de la cabeza y extremidades, y movimientos específicos de la boca y la lengua que cesaban cuando dejaban de escuchar la música, lo que delataba claramente que reaccionaban a lo que escuchaban. Los expertos apuntan que un dato llamativo era que el 50% de los fetos reaccionaron ante la música abriendo mucho las mandíbulas y sacando al máximo la lengua. Hay que decir que con los dispositivos musicales que se colocan en el abdomen, con una intensidad de sonido de 98,6 decibelios (bastante elevado) no se produjeron cambios en las expresiones faciales de los fetos.
El Babypod tiene varias aplicaciones médicas, además de diagnosticar la sordera fetal, puede ayudar a los ecografistas para que induzcan con efectividad los movimientos fetales que permitan ver todas las estructuras del feto, además se reduciría el tiempo de exploración. Puede estimular el desarrollo neurológico de los futuros bebés y concretamente el aprendizaje del lenguaje por las razones descritas al principio, permitiría poder conectar directamente al feto con la voz de la madre, etc.
Hay mucho más que destacar de este descubrimiento, de momento os invitamos a visitar la página del Instituto Marqués, leer esta investigación publicada en la revista científica Ultrasound, y conocer más detalles de Babypod a través de este enlace.
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La expresión facial fetal en respuesta a la emisión de música intravaginal