Vayamos con el elenco:María Muñoz, Teresa Soria-Ruano y Patirke Mendiguren, dan vida a Clara, Silvia, y Vicky respectivamente.Las tres amigas de nuestra extraña pareja, compañeras de timbas de Trivial, y espectadoras del "drama" de nuestras dos protagonistas. Las tres se encuentran impecables en sus respectivos personajes, iniciando la función en una difícil escena, que sirve para caldear el ambiente, y donde el trabajo de compenetración de nuestras actrices se me antoja crucial para el buen funcionamiento de la obra. Cada una de ellas imprime su especial carácter, desde la pragmática Silvia de Soria-Ruano, la sentada (a ratos) Vicky de Mendiguren, y la pavisosa, pero deliciosa, Clara de Muñoz, personaje muy a tener en cuenta, que encontré acertadísimo en su enfoque tanto corporal como gestualmente. Las tres llevan a cabo un trabajo bien pensado, claro y perfectamente reconocible, dentro de los "tipos" que les han tocado en suerte, y que en definitiva suman mucho a la función, aligerando las escenas de forma muy notoria.Chema Coloma y Diego Quirós dan vida a Anouchaván y a Atanás, dos hermanos armenios, vecinos de las protagonistas de la función. Encontré excelentes a los dos actores, en unos personajes cargados de verdad, bonhomía y ternura. Tanto Coloma como Quirós, resultan extremadamente convincentes en sus respectivos papeles, llegando a pensar en un principio un servidor, que realmente eran armenios. Su trabajo no pasa por la caricatura, ni por el trabajo enfocado hacia afuera, sino por una interiorización de dos personajes, desde un ángulo respetuoso y sensible en grado sumo. Simplemente me los creí. Honestidad y verdad, los dos componentes esenciales para rematar una interpretación, y que tan pocas veces se ve en nuestros escenarios, son los ingredientes que componen a Anouchaván y Atanás, y que me parece que no es poco precisamente.Susana Hernáiz y Elda García como Olga y Flori. Nuestras protagonistas se desenvuelven en dos códigos distintos, pero que se complementan a la perfección: Hernáiz explosiva y lapidaria, y García mas hacia adentro pero igual de convincentes, en dos personajes perfectamente perfilados, y entre los que saltan chispas en los momentos punteros de la función. Olga manda en sus escenas tal y como el texto marca, mientras que Flori parece ser una olla a presión a punto de estallar, cosa que hace cuando menos nos lo esperamos. Su vínculo se encuentra perfectamente reflejado, y se entiende perfectamente lo que está pasando por la cabeza de cada una, en dos interpretaciones muy bien medidas, y con un recorrido muy interesante, siendo la evolución de ambas a lo largo de la función la gran baza de la comedia. Encontré a Hernáiz realmente esplendida, tanto en tono corporal como con la voz, de dicción perfecta, y García parte de un peculiar enfoque físico que define a la perfección el aparentemente apocado carácter de su personaje, y que consigue llevarnos a la exasperación dada su singular personalidad. La obra se sustenta practicamente en ellas dos, y sin duda ofrecen los mejores momentos del espectáculo, incluida la surrealista cena con los armenios, donde ambas sacan la artillería pesada en sus momentos de lucimiento.
Vayamos con la dirección escénica.Andrés Rus al timón del espectáculo, sabe lo que quiere, y se nota. Imprime a la función las cotas de frescura necesaria para que el texto siga teniendo vigor en estos tiempos, y el cambio de época, así como la actualización de los personajes funciona a las mil maravillas. Entiendo que se ha partido de las características personales de las dos protagonistas, y en base a eso se han ido forjando los personajes, así como en el caso de los secundarios, ha optado por una visión mas tipificada e igual de efectista que en el caso anterior, siendo la mezcla de las diferentes interpretaciones muy homogénea y nada chocante. Nos encontramos ante una función de tono desenfadado, dinámico y que sin romper la cuarta pared en ningún momento, busca continuamente la complicidad del público, algo crucial para la comedia y para que sus resortes funcionen a la perfección. El trabajo de Rus se caracteriza por una limpieza muy notable, tanto en los movimientos, como en los cambios, perfectamente apoyados por unas músicas muy reconocibles y que caldean al respetable de forma adecuada e inteligente. En líneas generales dota a la función de un ritmo muy bien medido y fluctuante de forma acertada, nunca llegando a ser atropellado, pero en progresión ascendente, hasta que nos vuelve a dar un respiro, mientras las actrices se toman su tiempo para implicarse en las escenas, en algunos casos con gags basados en lo visual, mas que en el texto en si. Me ha dado la sensación que Rus ha dejado hacer a sus actores, poniendo cada uno mucho de su parte en su personaje, pero sin dejar atrás unas directrices muy bien definidas, tal y como se refleja en la función, siendo la claridad en la exposición, la tónica, y un resultado mas que estimable en líneas generales, muy gracioso por momentos, y de preclaro mensaje, ligeramente feminista y adecuadísimo para los tiempos que corren.
Nos encontramos ante una propuesta sumamente agradable, que se deja ver con facilidad, y que se disfruta de forma ligera, pero sin quedar en lo banal. Comedia con su mensaje, que no está reñido con el pasárselo bien. Esta "Extraña pareja" es modesta en su envoltorio, pero tremendamente honesta en sus intenciones, y mas que sólida en su planteamiento, siendo en líneas generales un claro exponente de estupendo teatro, de impecable factura y mas que estimable en su resultado final.