La FA Cup vio concluir los encuentros de semifinales disputados este fin de semana y halló a los dos equipos que se enfrentarán el próximo 5 de mayo en la gran final e intentarán hacerse dueño de la corona que la temporada pasada se llevó el Manchester City.
Quienes se citarán serán el Liverpool y el Chelsea, que lograron sobreponerse a las dificultades ante las cuales se encontraron en sus duelos ante Everton y Tottenham y chocarán en el encuentro decisivo de esta competencia, la más longeva del mundo a nivel clubes, por primera vez en la historia.
El acceso no resultó sencillo ni para unos ni para otros, especialmente porque el mismo estuvo en juego en dos choques en los que a lo largo del desarrollo la paridad fue una constante y la definición terminó llegando recién en los instantes finales.
El primero en asegurar su clasificación fue el Liverpool, que aunque redondeó una actuación sumamente deficiente tanto a nivel individual como colectivo se deshizo del Everton (2-1) gracias a un gol agónico de Andrew Carroll cuando el alargue parecía inevitable.
Todo se concretó de la mano del sufrimiento para el cuadro que conduce Kenny Dalglish, que se encontró ante muchas complejidades y encima debió sobreponerse a un desventaja que llegó luego de un incomprensible error compartido entre Jaime Carragher y Daniel Agger, quienes no despejaron un balón suelto en el área y propiciaron el tanto con el que Nikica Jelavic adelantó al Everton a los 24 minutos de juego.
Las cosas empeoraron aun más transcurrido dicho tanto, ya que posteriormente el Liverpool reaccionó de forma positiva muy pocas veces y lució impotente ante un elenco “Toffee” que aunque se conformó y no contó con opciones del todo claras para aumentar la diferencia defendió muy bien el resultado.
Lo que cambió todo e hizo revivir al Liverpool fue otro error, en este caso de Sylvain Distin, quien poco antes de los 20 minutos del segundo tiempo jugó mal un balón hacia atrás para Tim Howard y terminó regalandole el empate a Luis Suárez, quien al igualar gestó una reacción anímica que acabó confirmándose en el cierre con el gol de cabeza que Carroll convirtió tres minutos antes del cierre.
Es la mejor sensación en el mundo. Trabajamos duro y conseguir el gol justo al final fue grandioso”. Andrew Carroll.
Menos traumático en lo que al resultado se refiere fue lo del Chelsea, que ya en domingo se unió al Lierpool goleando al Tottenham (5-1) en un encuentro que no estuvo exento de polémica y en el cual el desarrollo fue muchísimo más parejo de lo que terminó reflejando el resultado final.
La victoria “Blue” fue posible gracias a la extraordinaria eficacia que el equipo tuvo en el primer tiempo, en el que tras haber sido claramente superado por un Tottenham que llevó la inicitiva y contó con dos chances claras para convertir terminó adelantándose instantes antes del descanso gracias a un gran gol de Didier Drogba.
Dicho tanto propició una mejoria considerable del Chelsea, que en el complemento disfrutó de un dominio que hasta ese momento no había tenido e hizo gala de su oportunismo ampliando la ventaja luego de un gol que no fue tal de Juan Mata, quien luego de un tiro libre impulsó un balón que no llegó a traspasar la linea. Ni siquiera hubo lugar para dudas, sin embargo el árbitro Martin Atkinson lo dio como válido.
Esta situación marcó un quiebre definitivo en el juego, ya que aunque posteriormente llegó el descuento de Gareth Bale el Tottenham no logró recomponerse y fue quedándose sin respuestas de forma progresiva hasta acabar goleado por un Chelsea que principalmente impulsado por el propio Mata (dos asistencias) anotó tres goles en los últimos trece minutos mediante Ramires, Frank Lampard y Florent Malouda.
El equipo jugó muy bien hoy, fue una gran actuación. Estamos contentos de estar en las semifinales de la Liga de Campeones y en la final de la Copa”. Roberto Di Matteo.
El Liverpool, que ganó el torneo en siete oportunidades, volverá a la final seis años después de haber protagonizado su última definición ante el West Ham, al que venció en los penales luego de un 3-3 extraordinario en 2006. Mientras que el Chelsea, que alzó el titulo seis veces, lo hará luego de haber saboreado la gloria consecutivamente en 2009 y 2010, años en los que derrotó al Everton y al Portsmouth.
El mítico Wembley, que en febrero ya atestiguó la consagración “Red” en la Carling Cup, espera ansioso. Para ambos conjuntos, que no han tenido una buena temporada, será una gran oportunidad.