Un nuevo estudio vuelve a poner de relieve que no hay relación entre la telefonía móvil y el riesgo de padecer cáncer. Ya hemos hablado del tema aquí y aquí. En esta ocasión el estudio Mobile phone base stations and early childhood cancers: case-control study ha sido publicado en la revista British Medical Journal.
El objetivo del estudio ha sido ver si existe riesgo de aparición de cáncer, en fases tempranas de la infancia, que pudieran estar ligados con la exposición de la madre durante el embarazo a las radio frecuencias de telefonía móvil. Se han estudiado cerca de 7000 niños menores de 4 años, 1397 delos cuales tenían cáncer. Los resultados son claros, no aparece ninguna relación entre tener cáncer y que la madre haya estado expuesta a las radio frecuencias de la telefonía.
Quiero resaltar algunas afirmaciones que se realizan en el artículo, por ejemplo, se sabe que el tema del cáncer y la telefonía móvil es controvertido, pero afirman que a día de hoy no hay ningún estudio que muestre pruebas convincentes y consistentes como para asumir que hay una relación entre el riesgo de padecer algún cáncer y el estar expuesto a las ondas de telefonía móvil. Es más, se afirma que los estudios que parecen mostrar alguna relación son estudios que se han hecho con una muestra pequeña de individuos y que parecen presentar algún sesgo en su realización.
Como dato interesante podemos encontrar que los índices de exposición de la población a las radio frecuencias de telefonía móvil son realmente bajas, en concreto son entre 1000 y 10000 veces menores del límite que establece el International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection (ICNIRP).
No parece que por le momento tenga que haber un alarma social como la que a veces se escucha en lo referente a la antenas de telefonía móvil. Los datos parecen indicar que no hay de que preocuparse, la relación entre el riesgo de padecer cáncer y el estar expuesto a las ondas de los teléfonos móviles parece ser inexistente. Si nos empeñamos en culpar de esos casos de cáncer a lo nuevo, a lo tecnológico y a lo que no entendemos, estamos corriendo el riesgo de obviar cual es la verdadera causa de esos casos de cáncer, poniendo en riesgo a nosotros mismos. Condenar a la hoguera a las nuevas brujas en que parecen haberse convertido las antenas de telefonía móvil tal vez nos tranquilice de forma irracional pero no parece ser que nos haga acertar con la causa del problema.
Ismael Pérez Fernández.