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La FDA aprueba la esketamina para el tratamiento de la depresión

Por Davidsaparicio @Psyciencia
La FDA aprueba la esketamina para el tratamiento de la depresión

Después de varios años de criticas y controversias la Administración de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés) finalmente aprobó el uso de la esketamina como tratamiento para las personas que sufren depresión y que no encuentran alivio en los tratamientos convencionales.

Este nuevo psicofármaco es un spray nasal, desarrollado por Janssen Pharmaceuticals, una división del gigante Johnson & Johnson, que será comercializado bajo el nombre de Spravato el cual contiene una porción activa de la molécula de la ketamina, un poderoso anestésico utilizado en humanos y animales, desarrollado en la década de los 50.

Debido a su “potencial de abuso” y los efectos alucinógenos que puede provocar, la FDA restringió su distribución y ordena su uso bajo estricta vigilancia. Debe ser aplicado dos veces por semana, durante cuatro semanas, dentro de la oficina o clínica médica. El paciente debe ser monitoreado durante dos horas. Todos los síntomas y experiencias deben ser registrados en su historia médica y el paciente no podrá conducir los días que recibe el tratamiento. Un mes completo de tratamiento puede costar entre 4,720 a 6,785 dólares.

El interés de la comunidad científica por la ketamina como antidepresivo inició en el año 2000 cuando Robert Berman y su equipo publicaron en la revista Biological Psychiatry una investigación que reportó mejorías significativas en los síntomas de depresión luego de una sola aplicación intravenosa del fármaco.

Estos hallazgos se basan en la hipótesis de que la depresión podría ser causada por los altos niveles del neurotransmisor glutamato (y no de la serotonina) que afectan las zonas cerebrales responsables del estado de ánimo. La ketamina es un antagonista del receptor NMDA (N-metil-D-aspartato), el cual bloquea la absorción del glutamato en las células nerviosas. El glutamato se asocia con la excitabilidad, memoria y otras funciones. Los investigadores creen que a medida que el cerebro metaboliza la ketamina, se crean nuevas vías neuronales que ayudan a restaurar la función eliminada por la depresión. Es este efecto, no la experiencia de alucinaciones o disociación, lo que puede ayudar a tratar la depresión.

Desde entonces se fundaron en Estados Unidos diferentes clínicas dirigidas por anestesistas que aplican, por la suma de 550 a 700 dólares, una dosis intravenosa de ketamina. Según sus datos los pacientes reportan mejoras en cuestión de horas. Algo que ningún otro antidepresivo ha logrado. Sin embargo, esta evidencia ha sido fuertemente cuestionada porque los estudios aleatorios en favor de la esketamina han sido desarrollados y financiados por las mismas empresas farmacéuticas.Por otro lado también se ha criticado la rápida aprobación de la FDA cuando no se han cumplido los requisitos necesarios para su implementación.

En uno de los estudios presentados el spray nasal Spravato demostró efectos significados en comparación con el placebo en el tratamiento de la depresión. Sin embargo los otros dos ensayos no alcanzaron los requisitos estadísticos necesarios para demostrar su efectividad. Otro estudio a largo plazo demostró que el Spravato en combinación con un antidepresivo oral era efectiva para incrementar el tiempo de remisión en comparación con el placebo.

El principal atractivo de la esketamina es la posible reducción de los intentos suicidas. Cerca del 20% de los pacientes con depresión no encuentran alivio con los tratamientos antidepresivos tradicionales y todo parece indicar que esta es una respueta apresurada que nos deja con más dudas.

Fuente: New York Times; Vox

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